El San Pedro habilita 6 quirófanos para UCI y solo hará cirugías oncológicas o urgentes

La situación se va agravando. Este viernes el San Pedro ha contabilizado 39 pacientes COVID en la UCI, a solo uno del récord que marcó el 4 de abril. Es cierto que ahora hay más plazas de críticos, y que en otoño se habilitaron también los quirófanos de cirugía mayor ambulatoria para estos pacientes, en los que se colocaron 12 plazas UCI. «Ese espacio está lleno ya», explica el subdirector del área de Salud del Seris, el doctor Francisco Antón. Así, este viernes se ha tomado la decisión de, como en marzo, ocupar para UCI los seis quirófanos generales que se encuentran cerca del área de críticos, es decir, la mitad de los quirófanos con los que cuenta el San Pedro. Son lugares adecuados, por su instrumentación, para ese uso. «No cualquier espacio vale para UCI», explica. En cada quirófano se sitúan dos camas de críticos, así que ahora se ganan otras 12 plazas. ¿Qué personal atiende esas nuevas camas y la cada vez más expandida UCI? Por un lado, explica Antón, el propio personal de quirófanos. Por otro, personal de otras unidades que tenga formación UCI.

Con esa incorporación, el San Pedro tiene ahora 56 plazas de UCI para COVID, además de otras 19 para otras patologías.

La contrapartida de esta expansión es, obviamente, que se pierde la mitad de la capacidad quirúrgica del San Pedro, que de todos modos ya estaba disminuida. Pero las limitaciones van creciendo. El hospital logroñés, explica Antón, solo acometerá ahora cirugías de carácter urgente u oncológico.

Mientras, el perfil del ingresado en la UCI por COVID no ha variado apenas. «Quizá sea algo mayor que en la segunda ola, pero muy poco». La estancia media en la unidad está en el entorno de los 11 días, y la mortalidad alcanza el 20%, un porcentaje que, según explica Antón, no es demasiado elevado teniendo en cuenta el mal estado de los pacientes con COVID muy grave.

Mientras en la primera planta del San Pedro crece la UCI, en las plantas superiores los pacientes COVID 'toman' cada vez más espacio. Ya son 138. Hasta este viernes ocupaban cinco controles del hospital: Infecciosas, dos de Medicina Interna, Digestivo y Nefrología, una unidad en la que se agrupa a los pacientes de COVID que además necesitan diálisis. Se ha decidido dedicar otro control más, el de Traumatología de la quinta planta. Los controles, habitualmente con 21 o 22 habitaciones individuales, aumentan su capacidad cuando pasan a albergar a pacientes COVID, doblando las camas para llegar a albergar a entre 30 y 35 pacientes cada uno.

Y de nuevo la contrapartida: los pacientes de esos servicios vaciados han de concentrarse en plantas de otras unidades, con la consiguiente dificultad para la organización y el trabajo de los profesionales.

El presente es, pues muy duro en el San Pedro, y el futuro inmediato lo será más. Pero Antón señala que «ahora tenemos menos incertidumbre, para lo bueno y para lo malo». «Sabemos que quedan unos días de crecimiento de ingresos, pero también habrá muchas altas, y comenzaremos a estabilizar el número de pacientes».

Mientras tanto, el otro hospital público riojano, el de Calahorra, está rozando lo que su gerente, Fernando India, llama su «límite técnico».

Los pacientes COVID se agrupan en la segunda de las dos plantas de hospitalización con las que cuenta el centro. Son ahora mismo 32, y la capacidad es de 36, aunque podría llegar a 40 añadiéndole la unidad de cuidados intermedios que tiene el hospital calagurritano.

«A partir de ahí, los pacientes deberían ser derivados a Logroño», explica India, cosa que ya se hace con los de mayor gravedad, que son trasladados a la UCI del San Pedro.