La Rioja estrena la nueva normalidad de la era COVID

Las personas sanas de menos de 60 años pueden hacer vida normal si su sintomatología es leve, tal como se ha hecho durante años con la gripe. No obstante, la autoridades sanitarias aconsejan que se reduzcan los contactos sociales, especialmente los relacionados con personas vulnerables, y que se utilice siempre la mascarilla. Si los síntomas empeoran debe avisar a su médico o al SOS Rioja 112. En el caso de las personas de más edad o los colectivos vulnerables (inmunodeprimidos, patologías crónicas, embarazadas, residentes en centros sociosanitarios...) deben consultar a su médico aunque los síntomas sean leves.

No, desde este lunes se eliminan los aislamientos y cuarentenas con los que hemos convivido desde hace dos años (con distinta duración, de los 14 días iniciales, a los 10 posteriores y a las 7 jornadas hasta la semana pasada). La nueva estrategia recomienda vida normal, excepto si hay sintomatología grave, aunque con las ya mencionadas cautelas de reducir los contactos sociales, utilización permanente de la mascarilla y, como hasta ahora, la higiene de manos, la ventilación y la distancia social.

Aunque los test de venta en farmacia no desaparecen, las personas asintomáticas que hayan estado en contacto con un positivo o con síntomas leves no necesitan realizarse la prueba. Los médicos ya no van a solicitar la realización de PCR, excepto para los colectivos vulnerables, los trabajadores de centros sociosanitarios, los ingresados por la infección o los pacientes de los que se sospeche que hayan podido estar en contacto con una variante del virus de interés o preocupación. La nueva estrategia de vigilancia solo se concentrará en ese grupo de colectivos mencionado.

El Ministerio de Sanidad recomienda que en caso de síntomas leves, si existe la posibilidad, se opte por el teletrabajo. Si esa opción no es viable y el médico no ha dado la baja al paciente, éste deberá acudir a su trabajo, aunque manteniendo las cautelas y el uso de la mascarilla, obligatoria, de momento, para todas las personas en los espacios interiores.

Sí, de momento el uso de la mascarilla es aún obligatorio en todos los espacios interiores. El Gobierno de España y las autoridades sanitarias han anunciado ya su retirada «más pronto que tarde». La opción que más ha sonado es que la obligatoriedad se levante después de las vacaciones de Semana Santa. Recientemente, la consejera de Salud, María Somalo, destacó que «más que el cuándo, el debate se centra en el cómo», en referencia a la posibilidad de un fin escalonado, que podrían mantener el uso del protector en ciertos ámbitos, como el transporte público y los recintos hospitalarios y sociosanitarios.

No, pero se van a vigilar solo los casos graves y a los colectivos de personas vulnerables, también los datos de mortalidad y presión asistencial y, por supuesto, la circulación de nuevas variantes del SARS-CoV-2, a través de la secuenciación genómica de una muestra aleatoria recogida entre los positivos confirmados por PCR, como se hacía hasta ahora.

Salvo un escalada descontrolada que repercuta en el ámbito asistencial no se volverá atrás. Después de esta nueva fase de transición, la enfermedad se integrará en la futura red de vigilancia centinela (ya usada para la gripe) en la que se monitorizará el COVID y otras infecciones respiratorias agudas.