El 2020 resultó un año funesto, con unos efectos económicos y sociales a causa del COVID cuya intensidad real aún tardará en revelarse. Si el conjunto de los sectores resultaron damnificados por la pandemia también en La Rioja, el impacto en algunos de ... ellos ha sido brutal. En ese pelotón milita el transporte de pasajeros, que cerró un ejercicio para el olvido con guarismos desconocidos hasta ahora.
Publicidad
Ninguno de los medios de comunicación se salvó de un escenario en el que se concentraron todos los factores adversos que podían concurrir. La única diferencia entre ellos en vista del balance anual de movimientos y usuarios es la profundidad de la herida. El aeropuerto de Agoncillo es el que más acusó la mengua. De acuerdo con los datos recabados por Aena, su actividad se saldó el año pasado con 4.389 pasajeros, 2.319 de ellos comerciales. O lo que es igual, el 77,4% menos que el ejercicio previo, que a su vez arrastraba una caída interanual del 9,1%. En paralelo, el número de operaciones del aeropuerto riojano se limitó a 912, con una reducción del 35,8%. El dato se enmarca dentro de la suspensión a partir de marzo del vuelo que conectaba Logroño con Madrid –y que está previsto recuperar el próximo abril si la situación epidemiológica lo permite–, así como de dejar de contar con los vuelos charter que puntualmente se ofrecían en periodos festivos a destinos europeos.
Los usuarios del tren menguaron igualmente de manera sustantiva en La Rioja. En concreto, y de acuerdo al balance provisional que maneja RENFE, en las rutas de larga distancia el número de pasajeros pasó de 204.600 en el 2019 a 64.800 un año después, con una caída por lo tanto del 68,3%, que en los trayectos de media distancia se ciñó al 45,4% (de 108.100 a 59.000). El dato se conjuga aquí con una decisión de calado de la operadora, que coincidiendo con el estado de alarma suprimió en junio dos de cada tres trenes en La Rioja, incluyendo la conexión diaria del Alvia con Barcelona y la regional con Zaragoza, así como el tren hotel a Galicia. En enero se recuperó el servicio diario a la ciudad condal, así como la conexión hacia Salamanca y Galicia.
En el caso de los autobuses interurbanos que operan desde la estación de Logroño (con destino a otras comunidades y municipios riojanos alejados de la capital)también se constatan los efectos de la pandemia en forma de una drástica rebaja de la demanda y la actividad. En un ejercicio 'normal' como fue el 2019 la cifra de viajes llegó a 121.207, mientras que un año después se limitaron a 75.938. Los pasajeros cayeron el 54,2%, pasando de 1.454.354 a 665.794.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.