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Los empresarios del ocio nocturno y de la hostelería se sienten los principales y casi únicos perjudicados por las medidas sanitarias del Gobierno. Aunque la palabra «cotillón» no aparece reflejada literalmente en el Boletín Oficial de La Rioja, su espíritu sobrevuela todo el texto. ... La supresión inmediata de toda actividad hostelera «de una a seis de la mañana» implica en la práctica la anulación de las fiestas de Nochevieja que bares, discotecas y restaurantes habían organizado en la comunidad autónoma, casi todas ellas con las entradas ya vendidas. La medida supone un nuevo golpe para un sector muy castigado durante la pandemia. Como ha recordado este martes el presidente de la patronal del ocio nocturno en La Rioja, Antonio Cendra, bares de copas y discotecas han estado cerrados durante 18 meses y apenas llevaban tres abiertos. Confiaban en la última noche del año para comenzar a remontar el vuelo.
Los afectados han mantenido por la tarde una reunión de la que salió la decisión de utilizar todos los mecanismos legales a su alcance para tratar de frenar una medida que consideran lesiva, injusta y que no se apoya en bases médicas sólidas. Los empresarios del sector pedirán este miércoles en los tribunales la adopción de «medidas cautelarísimas» en un intento desesperado por evitar el cierre en Nochevieja, según ha avanzado el presidente de Hostelería Riojana de la FER, Francisco Martínez-Bergés. Además del perjuicio económico que sufrirán si no se revierte la medida, hosteleros y empresarios de ocio nocturno denuncian los agravios comparativos que se producen con esta prohibición. «Solo se ataca al ocio nocturno. Sin embargo, todas las demás actividades patrocinadas por el Gobierno de La Rioja, como el Actual, el Riojafórum o las cabalgatas, se pueden realizar sin ningún problema. Se ve que ahí no hay virus o que no se contagia la gente», ironiza Antonio Cendra.
Tanto Cendra como Bergés suponen que será peor el remedio que la enfermedad, ya que el cierre súbito de toda actividad hostelera a la una de la mañana conducirá a la organización de macrobotellones y fiestas privadas (e incontroladas) en pisos, lonjas y merenderos. En la reclamación a los tribunales, se insistirá en que la medida carece de base médica suficiente. «El ocio nocturno ha estado cerrado durante 18 meses y eso no ha evitado las cinco olas anteriores del coronavirus. Y si nos guiamos por los datos de instituciones oficiales, el porcentaje de contagios es mínimo, mucho menor que los que se producen en casas y reuniones familiares», insisten ambos.
Antonio cendra | ocio nocturno
Francisco martínez-bergés | hostelería
Tanto los empresarios de ocio nocturno como los de hostelería en general se quejan de que el Gobierno no les ha informado de estas medidas. «Ni sabemos nada, ni nos han propuesto nada, ni hemos hablado con nadie. Nos parece inaudito que se haya tomado una medida así y que no haya siquiera un apartado para hablar de posibles indemnizaciones», remacha Cendra.
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