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El coronavirus impactó en el sector educativo incluso antes de que se decretase el estado de alarma aquel 14 de marzo. Los colegios empezaron a cerrar sus puertas, primero en Madrid y a partir de ahí todos en cadena. En La Rioja, las aulas se vaciaron el día 11. La parálisis de la actividad escolar, que se afrontaba con cierta incredulidad, se acordó por 15 días. Más de 65.000 alumnos de los colegios e institutos y unos 5.000 alumnos de la Universidad de La Rioja se quedaron en sus casas.
Entonces, nadie sabía que la mayoría de los estudiantes acabaría este curso, excepcional en muchos sentidos, en sus hogares, ni que los profesores, condenados a reinventarse, se convertirían en el pilar esencial de un sistema poco acostumbrado a lidiar con las nuevas tecnologías.La era digital les llegó de golpe y Zoom, Meet... se tornaron en esos aliados hasta entonces desconocidos.
Más de tres meses después, el curso 2019-2020 está a punto de pasar página dejando evidentes muestras de fatiga de materiales. Ni estaba preparado para la digitalización ni tampoco ayudó la patente falta de coordinación ni la manifiesta brecha digital. Precisamente, por esta última, esta comunidad, como el resto, entreabrió las puertas de sus centros el 26 de mayo, nada más estrenar la que se dio en llamar fase dos de la desescalada. Por las aulas empezaron a aparecer voluntariamente los primeros alumnos, pero solo aquellos que necesitaban refuerzo prescrito por sus tutores o profesores y también los que concluían un ciclo educativo, especialmente los estudiantes de segundo de Bachillerato que en unos días se enfrentarán a la Ebau.
Desde entonces, unos 1.700 chavales han regresado a clase. Unos 450 lo hicieron la primera semana; la segunda regresaron a las aulas cerca de 600; la tercera, con San Bernabé en medio, apenas 300, y la última unos 400.
1.700 Desde el 26 de mayo, unos 1.700 alumnos han vuelto a las aulas para clases de refuerzo.
70-80% alumnos que podrá asistir a clase presencialmente el próximo curso, calcula la UR.
Un ensayo de la presencialidad deseada para el próximo curso. De hecho, La Rioja, sin descartar ninguno y si la pandemia lo permite, trabaja en ese escenario como el más probable. La ministra Isabel Celáa trasladó una serie de pautas a las comunidades autónomas –como que el regreso a las aulas sea con grupos de 15 alumnos y como máximo 20– con las que se alineó el consejero Luis Cacho y que, en líneas generales, aplaudieron los sindicatos CCOO, UGT y STAR, integrantes del Pacto para la Reconstrucción Educativa en La Rioja.
Precisamente con ellos, la Consejería elabora un plan de contingencia que, en la práctica, es un documento que servirá como guía para su adaptación en cada centro para el regreso a las aulas el próximo curso. En este texto en el que se trabaja en estos momentos, se incluirán, orientaciones para la reorganización, la modificación de la programación general anual para la recuperación y el plan de tecnología educativa de cada centro para reducir la brecha digital y de aprendizaje de los alumnos con más dificultades ante la educación a distancia.
Esto en cuanto a la educación no superior pero ¿cómo será la nueva normalidad en la universidad? En el caso del campus público de La Rioja, que no volverá a abrir sus aulas para los estudiantes este curso, la realidad no es muy diferente, aunque aquí ya calculan que entre el 70 y el 80% de los alumnos podrá asistir presencialmente a clase manteniendo la distancia de seguridad. Los grupos más grandes, aquellos con más de 50 estudiantes que no pueden mantener el metro y medio de distancia deberán ajustarse a la denominada presencialidad adaptada. En la práctica significa que los estudiantes de un mismo grupo roten con una periodicidad todavía por determinar entre asistir a clase y la enseñanza a distancia. En este último caso, el campus podrá realizar la actividad presencial con los estudiantes con los que se cumpla el coeficiente y retransmitirla de forma sincronizada vía videoconferencia para el resto de matriculados. Planes todos ellos que tampoco descartan el regreso a la enseñanza on line.
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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