Carmen Martínez es una de las médicas que intenta mantener a raya la pandemia desde los consultorios pequeños. En su caso lo hace desde el centro médico de Pradejón, con cinco pacientes (a fecha del 3 de abril) hospitalizados entre la Fundación Hospital de Calahorra ( ... 3) y el Hospital San Pedro (2). Desde este consultorio, en el que se atiende a una población de unas 4.100 personas, se hace seguimiento a un centenar de vecinos con sintomatología compatible con el virus.
– Los profesionales de Atención Primaria están resultando claves para evitar colapsos en los hospitales. ¿Cómo es el seguimiento que se hace a los pacientes en casa?
– En casa están los pacientes con sintomatología leve. Se les hace el seguimiento telefónico, y dependiendo de las características o de los síntomas se les llama todos los días o cada dos días. Se están cribando muy bien los pacientes. De hecho, los que hemos enviado al hospital han sido ingresados todos y en condiciones bastantes buenas. Lo que se intenta es no saturar las urgencias con pacientes leves y que cuando vayan lo hagan con una sospecha razonable.
– ¿Cómo os habéis adaptado?
– En cuanto vimos que estaba llegando el problema, con los casos de Haro, nos pusimos en alerta. Nos reunimos con el alcalde y una concejala, ya que en los municipios pequeños los consultorios son de los ayuntamientos, e hicimos las modificaciones del espacio. Al principio fue muy desconcertante. La primera semana fue dura. Había que enfrentarse a una incertidumbre en todo. Hemos aprendido sobre la marcha y nos hemos adaptado relativamente rápido.
– ¿Cómo ha sido la respuesta de los vecinos?
– Por parte de la población y de los pacientes nos sentimos muy apoyados. Todo el mundo nos da ánimos y nos pregunta cómo estamos. La gente está aprendiendo a vivir con la enfermedad en casa y otros compañeros, de administración y enfermería, que está teniendo un papel fundamental, han visto reforzadas sus funciones.
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