La mayoría de los bares de Oyón cierra por iniciativa propia ante un posible brote

Mientras, el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) no tiene constancia de que exista un foco. Este martes comunicó tres positivos y desde el día 14 se acumulan cinco. A ellos habría que sumar los que se detecten en Logroño, donde muchos vecinos acuden para someterse a la PCR por vías privadas. No son números para levantar una alarma oficial. Paralelamente, Salud ha dirigido estas pruebas hacia los contactos estrechos del 'paciente cero', incluidos los que formaron parte de una comida en grupo, para descartar un eventual foco. La empleada del local de hostelería dio positivo hace algunos días, pero llevaba ya al menos una semana de vacaciones, lo que descarta por el momento un punto de contagio que pudiera llevar a un cribado.

Pero en el pueblo no se fían. «Lo más sensato es cerrar para que no vaya a más e intentar frenarlo. Un test masivo sería lo ideal», comentaba la dueña de uno de los bares echó la persiana el lunes. «Con una carpa para realizarnos pruebas nos quedaríamos más tranquilos», insiste otro vecino a las puertas de una tienda de alimentación en la que los clientes entraban de uno en uno. Detalles como éste reflejan la preocupación en una parte significativa de la población.

También hay voces que llaman a la calma y confían en los criterios sanitarios a la hora de valorar otras medidas. «No podemos autoconfinarnos. Hay que convivir con el virus, respetando las recomendaciones. Ha habido positivos como en todos los sitios», comentaba una madre junto a su hija apurando la consumición de uno de los bares abiertos.