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Un último pincho, un último brindis, un último recorrido por los bares de la capital riojana. Bueno, mejor dicho, que sea el penúltimo vino. Esta imagen ha podido verse en distintos escenarios de Logroño este jueves, también en Arnedo, ambos tendrán que cerrar los locales ... hasta dentro de un mes. Clientes, muchos amigos, han aprovechado el último día para acercarse a sus bares favoritos y despedirse de compañeros de barra. Unos lo han hecho por la mañana, a la hora del aperitivo, pero también por la noche. Un adiós en silencio o haciendo gala de su discrección y muchos con palabras de cariño como «hasta pronto, ánimo».
La calle San Juan ha sido ejemplo de ello. Símbolo de la gastronomía riojana y de la calidad de nuestra hostelería y nuestras barras ha acogido a numerosos de sus fieles. Mientras guardaban barriles, algunos apuraban su copa, en pequeños grupos (los que permiten las nuevas medidas), con mascarillas y cierta pena por el recuerdo que esta segunda ola trae de lo vivido en marzo. «Es como una despedida en la oscuridad», comentaba Sonia Tercero que ha grabado estas imágenes.
Ahora toca ser responsables. La hostelería, como esta misma tarde expresaba el sector, «presta su colaboración» cerrando sus puertas.
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