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Hace 13 años, Isabel Izquierdo y su marido, Manuel Mendizábal, hicieron las maletas y se trasladaron a Ciudad de México. «Una buena oportunidad laboral», recuerda desde Mérida (Yucatán), una ciudad de un millón de habitantes a la que se mudaron hace cuatro meses con sus ... cuatro hijos (Gonzalo, Julieta, Álvaro y Manuel). Enfermera reconvertida en voluntaria en diferentes comunidades del país e implusora de la firma TataMana (Tatamanacom en Instagran) de artesanía tradicional mexicana, este año no volverán a Logroño por Navidad.
«Todos los años intentábamos ir o venía nuestra familia, pero este año no, este año estaremos lejos», explica después de recordar la «incompetente» gestión de la pandemia en México, «que ha provocado un crecimiento continuo desde marzo y ha dejado el sistema de salud al borde de la saturación».
Si algo le duele, es no ver a su abuela: «Tiene 94 y está estupenda... pero siendo todos vulnerables, ella es un poco más», reflexiona confiando en que «todo pase pronto y enseguida podamos juntarnos. Es lo duro que tiene estar lejos, pero los siento cerca de otra manera».
Las circunstancias obligan, pero la pandemia no evitará que la familia celebre la Navidad. «En Yucatán las medidas restrictivas siguen activas, los restaurantes han estado limitados, hay toque de queda a las 23.30 horas, ha habido ley seca y están prohibidos los eventos sociales y las aglomeraciones de personas, así que lo vamos a pasar con otra familia, que son amigos nuestros y que tampoco han podido volver a España. Nos juntaremos todos y vamos a celebrarlo las dos familias juntas disfrutando del buen clima y de la naturaleza de esta zona de México».
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