Día 18: El incendio

Diario de una cuarentena rural ·

«En Sorzano también hay imbéciles. En La Rioja tenemos más de 2.000 (esto es como el coronavirus, que no todos los positivos están diagnosticados) que se pasan por el forro el estado de alarma, pero aquí alguno, de madrugada, tuvo a bien incendiar vaya usted a saber qué al otro lado del barranco de la Tejera»

Luis J. Ruiz

Sorzano

Domingo, 29 de marzo 2020

Después de casi tres semanas en Sorzano, nos invade cierta sensación de pudor cuando las niñas hablan por videoconferencia con sus amigas, cuando lo hacemos con los abuelos, con las primas o con los tíos. Hablar de encierro en nuestras circunstancias es una hipérbole ... . Encierro es estar en un piso de 50 de 70, de 100 metros sin (o con) balcón; en un piso compartido; en un bajo sin ventanas al exterior de una gran ciudad... «Que sí, papá; que sí», responde Valentina cuando intentas hacerle comprender que su situación es tremendamente privilegiada. En el fondo creo que no lo sabe y que esa respuesta es un mero formalismo, una manera de pedir nos callemos y que le dejemos jugar o leer tranquila. Algún día lo entenderá. Quizá incluso lo agradecerá. Quién sabe.

Publicidad

En Sorzano hay dos momentos especiales todos los días: el amanecer, ver cómo el sol despunta por la zona de Clavijo y cómo va iluminando la vida del Moncalvillo, y las noches despejadas, esas en las que una miriada de estrellas inunda el cielo sorzanero. Supongo que es la falta de costumbre y una de las grandes diferencias entre la ciudad y el entorno rural: allí no miramos al cielo. Quizá porque tampoco veríamos nada. En los pueblos es imposible no hacerlo. Si a esa oscuridad le sumas una App que te va explicando y presentando las constelaaciones, las niñas se quedan con la boca abierta. La Rioja vacía está llena de estrellas. También en el cielo.

Luego hay noches diferentes, noches en las que acabas hablando con el SOS Rioja y con los Bomberos de Logroño pasada la 1 de la madrugada. Porque en Sorzano también hay imbéciles. En La Rioja tenemos más de 2.000 (esto es como el coronavirus, que no todos los positivos están diagnosticados) que se pasan por el forro el estado de alarma, pero aquí también hay alguno que anoche tuvo a bien incendiar vaya usted a saber qué al otro lado del barranco de la Tejera, cerca de las laderas que esconden los barrancos que mueren en la Nacional 111 entre Islallana y Viguera. Cuando las llamas se apagaron, las linternas les delataron.

Más allá de eso, después de 18 días aquí, después de casi tres semanas lejos de su entorno social, una videollamada es suficiente para comprobar que la situación les pasa factura a las pequeñas. Colgaron después de casi una hora plagada de silencios, de no saber qué contarse, de intentar jugar a ver quién se ríe antes o quién dice 'sí' o 'no'. La de tiempo que van a tener que recuperar cuando se abran de nuevo las puertas de la vida. Y mañana empieza el cole. El de verdad. Veremos qué pasa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad