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El Centro de Acogida de Animales de Logroño llegó a colapsarse durante los días más difíciles del estado de alarma. Se vieron desbordados porque al mismo tiempo que los perros abandonados (por ley deben ser recogidos) seguían llegando a las instalaciones municipales a la vez estas se mantenían cerradas para las adopciones. Ahora la situación está más desahogada, pero hubo un momento que, con una capacidad para 60 perros, se llegó a estar por encima de sus posibilidades, lo que obligó a buscar una solución de urgencia y «distinta al sacrificio»: llevar a los animales que no se podía acoger a una residencia canina. Desde el Ayuntamiento se firmó un convenio con una guardería, el centro canino El Olivar, para alojar a los que no podían atender, algunos de los cuales aun permanecen allí. «En total, han pasado la cuarentena catorce. Van saliendo poco a poco», explica la concejal de Bienestar Animal, Amaya Castro.
La situación comenzó a normalizarse con la fase 1 de la desescalada y, con ella, la posibilidad de realizar de nuevo adopciones con cita previa. Hasta la fecha han sido acogidos quince perros, cinco de ellos por particulares y los otros diez por las propias asociaciones y protectoras de animales, que o bien han ofrecido sus refugios (dos las tienen) durante la crisis del coronavirus mientras encuentran familias o los tienen mientras les tramitan una salida mediante sus protocolos de adopción.
Castro asegura que sin su colaboración se hubiera llegado a una situación de bloqueo durante esta crisis. «Todas ellas –afirma– han tenido un papel encomiable durante la cuarentena y su intervención ha sido fundamental para descongestionar el centro». Aunque, como reconoce, hubo un momento que tampoco ellas daban abasto, por ello la decisión de alojar los animales en una guardería. «La opción fue: sacrificarlos o buscarles una salida y, evidentemente, elegimos lo segundo porque nosotros estamos por el sacrificio cero», reivindica.
El coronavirus dejó al límite de sus capacidades al centro de animales, pero la edil explica que, pese a ello, se esperó hasta el 11 de mayo para poder reanudar las adopciones y a la vez ganar espacio. «Siempre tuvimos claro que éste es un acto de responsabilidad, con una serie de seguimientos, contactar con la familia..., y hacerlo con la gente confinada era inviable». Y, por otra parte, se buscaba evitar la «imprudencia» que se estaba dando en otras Comunidades. Llegaban noticias sobre el interés por la acogida de perros para romper el confinamiento y tener un motivo para salir de casa. «Ante esta picaresca, decidimos cerrar, aunque también lo hicimos por seguridad de los empleados». Aclara, sin embargo, que el centro ha seguido funcionando internamente «pues las necesidades de los perros han debido seguir siendo atendidas».
En sentido contrario, algunas informaciones apuntaban a que buena parte de los abandonos surgieron por el miedo de algunas familias al contagio por parte de los animales. Sin embargo, apunta: «Aquí no hemos notado este problema, ni tampoco abandonos por parte de afectados por el virus. Sí ha habido abandono durante todo el confinamiento, pero muchos menos que en situación normal». El problema desde hace unos días es otro: en el centro de acogida de animales no dejan de entrar camadas de cachorros, también de gatos. Aparecen abandonados a su suerte pocas horas después de nacer en contenedores, descampados... pero su supervivencia se ha convertido en un objetivo para el área de Amaya Castro. «En colaboración con las protectoras y la dirección del centro de acogida, intentamos que no se queden en el centro, son nuestra prioridad y lo que buscamos es que se queden en protectoras, adopciones...», sobre todo para evitar los sacrificios. Un paso importarte sería la esterilización: «teníamos previsto iniciar una campaña de concienciación, pero el COVID-19 lo paró todo».
En la actualidad, debido al decreto de alarma por coronavirus, el centro permanece cerrado al público hasta nuevo aviso. Las llamadas se atienden telefónicamente (661 61 17 03) de 9 a 13 horas y de 16.30 a 19.30 horas. Y, para las adopciones, hay que pedir cita vía web en la página www.caalogro-o.es.
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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