Los controles de accesos se repetirán desde hoy en Calahorra, Arnedo y Rincón de Soto como se desplegaron del 8 al 14 de septiembre en un único acceso a Alfaro. E.P.

El Gobierno riojano basa la medida en la «efectividad» del confinamiento de Alfaro

El ejemplo de la localidad y su descenso de casos, la guía para el confinamiento de Calahorra, Rincón y Arnedo

Jueves, 1 de octubre 2020, 07:37

El Gobierno de La Rioja justifica la restricción de movilidad en Calahorra, Arnedo y Rincón de Soto en la experiencia aprendida de la primera ola y tras el confinamiento parcial de Alfaro entre el 8 y el 14 de septiembre. «Fue una medida totalmente ... efectiva y la evolución fue positiva», afirmó ayer el director general de Política Local, Ricardo Velasco, agradeciendo la colaboración entonces de los alfareños y confiando ahora en la que demuestran sus vecinos.

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Las alarmas sonaron en Alfaro el 22 de agosto, con la detección de los 3 primeros casos. Una semana después eran 106. El viernes 4 de septiembre tocaba techo con 297. Al día siguiente eran 265 casos activos, el domingo 6, hasta 253 y repuntaban el martes 8 a 265, el primer día del confinamiento parcial. Desde ese día, Alfaro comenzó a restar 31, 40, 41 casos cada jornada. «Todo lo que sube baja», comentaban los alfareños aludiendo a que los primeros casos ya recibían entonces el alta más allá de que el descenso se debiera a una restricción que el miércoles 9 causó un atasco monumental por habilitar un único acceso a la localidad.

DIFERENCIAS CON ALFARO

  • El aviso A Alfaro se informó del confinamiento la tarde del 7 de septiembre por nota de prensa, a 8 horas de iniciarse; el actual ha contado con dos ruedas de prensa y 36 horas para prepararlo.

  • El colegio En Alfaro fue necesario retrasar el inicio del curso; con alumnos ahora en clase, Latasa defendió que los colegios son seguros y un servicio a mantener a toda costa.

«El objetivo es reducir los contactos. Cuando se inició en Alfaro, la incidencia acumulada en los últimos 14 días casi alcanzaba los 3.500 casos por 100.000 habitantes; cuando finalizó, estaba en 1.500, una reducción de casi el 70%, al igual que el número de casos activos –respondió al respecto Pello Latasa–. Es difícil saber todas las variables que concurrieron, pero en Alfaro los números indican que hubo confinamiento y hubo mejoría».

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