Día 22: La fiesta de cumpleaños
Diario de una cuarentena rural ·
«Una vez que estos tiempos distópicos se den por clausurados, vamos a tener una agenda más ocupada que la de algún consejero de obras públicas en periodo preelectoral»Secciones
Servicios
Destacamos
Diario de una cuarentena rural ·
«Una vez que estos tiempos distópicos se den por clausurados, vamos a tener una agenda más ocupada que la de algún consejero de obras públicas en periodo preelectoral»¿Se imaginan un cumpleaños silencioso? ¿Una fiesta en la que a la cumpleañera se le escapan las lágrimas y no precisamente de alegría? ¿En la que los regalos se prometen pero no se entregan? ¿En la que los niños se quedan, excesivamente formales, sentados ... en sus sillas? ¿En la que las velas se soplan a través de un teléfono móvil? Pues así son ahora los cumpleaños. O al menos así fue el que ayer 'celebramos' en Sorzano.
Un cumpleaños tan distinto, tan artificial, tan triste, que se limitó a un puñado de gusanitos y un par de vasos de agua mientras, al otro lado de la pantalla del móvil la prima Gabriela hacía lo imposible para contener el llanto. También es verdad que a ello contribuyó el vídeo tan lacrimógeno como emocionante que una cineasta en ciernes montó con la complicidad de todos los amigos de la cumpleañera. Con lo demandada que está la celulosa como para gastar tantos pañuelos de papel
«Ya lo celebraremos a lo grande». Esa fue la frase que más escuchó ayer Gabriela. Llevamos semanas retrasando tantas celebraciones, tantos eventos familiares, tantos encuentros sociales (y, no es por ser agorero, los que aún habremos de posponer) que una vez que estos tiempos distópicos se den por clausurados, vamos a tener una agenda más ocupada que la de algún consejero de obras públicas en periodo preelectoral. Por ejemplo, ir a la playa. «Papá, ¿cuando se vaya el 'conoravirus' podemos ir a la playa?». Así se despertó ayer Henar. Después ya dijo buenos días... Los mayores nos acostumbraremos pero, ¿cómo se le devuelve a un niño su cumpleaños? ¿Cómo se le devuelve el día más esperado (junto al de los Reyes Magos, claro) del año? Hay deudas que nadie podrá pagar.
El día 23 de nuestro particular confinamiento rural (que ya saben que es menos confinamiento que lo que su propio nombre indica y que cada vez estamos más convencidos de que cuando regresemos a Logroño Valentina y Henar lo van a echar de menos) fue el de la fiesta de cumpleaños más tranquila de sus vidas, pero sin renunciar a la escenografía habitual.
Hecha la tarea y después una discusión trascendental, casi a vida o muerte, sobre si 'Frozen 2' es «una mierda» o «'chulisísima'», rescatamos del baúl de los recuerdos unos banderines de Mickey y de Minnie, un mantelito de vacas que alguien, muy acertadamente, decidió guardar hace años en el fondo de un cajón, un 8 gigante del último cumpleaños de Valentina, una bolsa de las grandes de gusanitos de todos los colores, una vela y los restos del bizcocho del domingo. Para ser tiempos de estado de alarma, no estuvo tan mal. Podía haber sido bastante peor, seguro.
Eso sí, la vela se nos atascó y Henar necesitó tres intentos para apagarla entre las risas de su hermana. Lo que les decía, que lo van a echar de menos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.