Las farmacias riojanas reclaman las mascarillas prometidas por Marlaska

Esta semana, asegura, ha sido especialmente complicada. Los distribuidores oficiales riojanos «están haciendo un esfuerzo tremendo», pero al final las mascarillas van llegando con cuentagotas, sobre todo las quirúrgicas. «Recibimos una cantidad muy inferior a la que se necesita y a unos precios que multiplican por cinco o por diez el precio de hace un año». Entre la indignación y la resignación, los farmacéuticos riojanos afrontan ya con una evidente carga de estrés una situación «en la que lo están dando todo desde el minuto cero», pero que sobrepasa la esencia de su profesión. «La venta de mascarillas siempre ha sido algo residual, lo nuestro son los medicamentos y la salud. Es la Administración la que tiene que determinar de qué manera hay que proteger a los ciudadanos», razona Domínguez.

Farmacéuticos de la región consultados confirman las palabras de su portavoz: no hay bastantes para atender la necesidad real. En la farmacia José Carreter, de Haro, han movido cielo y tierra para conseguirlas: «Tenemos mascarillas quirúrgicas, pero porque nos las hemos buscado nosotros, ni el Gobierno de La Rioja ni el de nación, ni nadie nos las ha facilitado», se quejaban ayer, víspera de fin semana y a punto de vender las últimas cajas... «Ya no recibimos más hasta finales de la semana que viene». Cansados de decir que no, desde esta oficina farmacéutica contactaron con una fábrica de La Rioja que les ofreció suministro fabricado por ellos y, gracias a esas partidas, van atendiendo parte de las necesidades que se van generando en la localidad. «Por otros canales, un día te traen cien, a los 20 días otras cien..., pero esto no es solución».

La queja es general. El titular de la farmacia Aznar, de Calahorra, cuenta su propia pelea. «Aquí casi es imposible conseguir mascarillas ffp2, las de filtro. Cada día igual me piden 50 ó 60 de este tipo y ya no sé qué decirles». La escasez ha provocado la aparición de proveedores desconocidos, según reconocen en este establecimiento donde ya han esquivado varias ofertas. «Nos han ofrecido comprar, pero pagando entre 7 y 8 euros la unidad y les hemos dicho que no, no nos parece bien que haya gente que se esté aprovechando de esta situación», zanjan. El jueves por la tarde en la farmacia Pilar Ancín hubo un momento que tenían disponibles hasta tres tipos diferentes de mascarillas, «pero poco después –explica su titular– ya quedaban dos y ahora mismo (por ayer) solo disponíamos de la más sencilla, la de papel, que no es la que busca el cliente, pero que te va salvando 3 ó 4 días hasta que llegan las buenas...». Las quirúrgicas llegan, pero al final también vuelan. «Se ha convertido en una rutina, al cabo día pasan más de 30 personas a por lo mismo, de todas las edades, y al final la respuesta es la misma casi siempre».