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Colgado del cielo, una señora sale a la ventana y le ofrece un café con leche. Ángel García lo agradece, coge la taza con cuidado y se lo toma con los pies apoyados en la fachada del edificio Capitol, sentado en el aire. En estos días de estado de alarma por el coronavirus y de bares cerrados es el único descanso que se permite durante siete horas, desde que se coloca el arnés y las protecciones y comienza a trabajar a las ocho de la mañana.
Su empresa, Euro Alturas, está especializada en trabajos verticales. Sus cinco trabajadores están centrados en revisar y fijar las alrededor de 11.000 piedras de la fachada de uno de los edificios más emblemáticos de Logroño, un trabajo que todavía les llevará más de medio año. De momento, no paran por el coronavirus. «Hicimos una reunión de los 5 trabajadores y el propietario y decidimos seguir trabajando, manteniendo las medidas sanitarias correspondientes, y esperar acontecimientos. Hoy nos volveremos a juntar para ver si ha cambiado la situación. Nuestra preocupación es que podamos transmitir la enfermedad en un momento dado a la gente que tenemos en casa, parejas, hijos y mayores», explica García.
Desde arriba, ve la calle distinta. «Es raro. No hay mucho movimiento de coches, ni gente por las aceras y se nota un silencio extraño».
Con esa singular «normalidad» pero también con el máximo cuidado se trabaja en las ambiciosas obras del soterramiento del tren en la capital riojana. Así lo explica el director general de Logroño Integración del Ferrocarril (LIF), Santiago Miyares, que incide en que «la Sociedad está manteniendo un contacto permanente con la gerencia de la UTE a través de la Directora Técnica, Maricruz Gutiérrez, que es la que realiza el seguimiento con el coordinador de seguridad y salud de los trabajadores en todo momento». Pese a que la obra sigue el ritmo habitual, «para LIF la sanidad de todos los trabajados es primordial y no se escatimará esfuerzo alguno al respecto», aclara Miyares, que desvela que, pese a que lo permite el Decreto de medidas urgentes y extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del coronavirus aprobado por el Gobierno central, «de momento, la contrata no ha planteado la suspensión de las obras».
Sí lo ha hecho la encargada del proyecto del enlace entre Entrena y la Nacional-111, que permanece a la espera de la decisión que se tome desde los estamentos gubernamentales, según aclara la Delegación del Gobierno en La Rioja. «Sin novedad», por el contrario, se mantiene la actuación en la Ronda Sur de Logroño, otro de los grandes proyectos que se están llevando en el entorno capitalino. Según avanza la Delegación, «solo se está trabajando en el entorno de Agoncillo/Arrubal en catas arqueológicas». Mientras, «en la zona de más obra próxima a Navarrete, se ha parado porque está todo embarrado por las últimas lluvias».
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Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
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