«Si explicaran cómo se transmite el COVID, la gente no usaría la mascarilla de adorno»

José Luis Jiménez | Catedrático de la Universidad de Colorado y experto en aerosoles ·

Jiménez atribuye la virulencia de la segunda ola de la pandemia a la «precipitada» apertura en junio, «cuando nos dijeron que esto había pasado»

Lunes, 23 de noviembre 2020, 21:10

El español José Luis Jiménez, catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, forma parte del grupo de los 239 científicos internacionales que han escrito a la OMS advirtiendo sobre la transmisión aérea del COVID.

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– Creo, y funcionarios de la OMS me lo han dicho confidencialmente que, aunque durante la primera ola y la desescalada se actuó bien, en junio se abrió muy precipitadamente, posiblemente por razones económicas, por el turismo, cuando el virus todavía estaba presente. Se lanzó el mensaje de que esto había pasado y que ya podíamos hacer vida normal como antes. Y esto ha ido sembrando el virus. Es como un incendio a cámara lenta. Además, a la gente no se le ha explicado bien cómo se transmite: va con mascarilla por la calle y se la quita al entrar a interiores, a bares y restaurantes, por ejemplo, lo que es un desastre. Es como si quisiéramos contagiarnos. Se han hecho las cosas bastante mal. Y, o tenemos en cuenta cómo se transmite, o vamos a una especie de yoyó de confinamientos, extremadamente destructivo para la economía, para la salud y para la moral de la población.

– Usted y muchos colegas han demostrado que el COVID se transmite por el aire. Pero la OMS muestra tibieza...

– Creo que sus reticencias obedecen a dos razones. Una es un error histórico que dura 110 años. En la epidemiología y la prevención de enfermedades, que son las profesiones que dominan en la OMS, se ha pensado que ninguna enfermedad se transmite por el aire o que es muy difícil. Cuando surgió el COVID mantuvieron este pensamiento y, como es menos contagioso que el sarampión, por ejemplo, dijeron que esta no es una enfermedad de transmisión aérea. La OMS y estas profesiones científicas metieron la pata de una manera tremenda. Ahora ya recomiendan ventilación, que solo funciona para los aerosoles. Es decir, implícitamente lo reconocen, pero no lo dicen. Y al no hacerlo, la gente no sabe cómo protegerse porque no se lo están explicando bien. Además de esta razón histórica, también está la razón práctica. A lo mejor tienen miedo de que no haya suficientes mascarillas.

«La OMS debe decir con claridad que nos contagiamos por el aire; su metedura de pata ha sido enorme»

Confusión

– ¿Por qué hay tanta confusión todavía? En marzo nos pudo sorprender, pero... ¿en noviembre?

– En los científicos ya no hay tanta confusión. Creo que la mayoría acepta ya que la transmisión por aerosoles es significativa. Pero siguen insistiendo sobre las gotas, proyectiles que salen de uno e impactan en los ojos, la nariz y la boca de otro, que es lo que nos han dicho que infecta, y si no caen al suelo. ¿Por qué? Porque en los hospitales les interesa que se siga utilizando las protecciones de gotas, que protegen contra los aerosoles bastante bien, sobre todo con los enfermos de COVID más graves, que no contagian mucho. Y todo esto genera mucha más confusión en la sociedad. La OMS y el Ministerio de Sanidad aún no son claros.

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– Cuáles son las reglas básicas para evitar la propagación?

– Todo lo que nos han dicho funciona: usar la mascarilla, mantener la distancia y lavarse las manos. Lo que no es necesario son cosas como mucha desinfección de superficies, los camiones de desinfectar las calles o las mamparas. Sirven para poco y es un gasto que debería dedicarse a otras cosas. Hay que llevar la mascarilla bien ajustada a la cara. Con barba, por ejemplo, sella mal. Y un hueco, que es el 2% del área de la mascarilla, deja pasar la mitad del aire, y el virus entra y sale. Muchas veces en España, la gente lleva las mascarillas de decoración. También es necesario hacer todas las actividades que sean posibles al aire libre.

«Hay que ajustarse bien las mascarillas, sin dejar huecos, y hacer todas las actividades posibles al aire libre»

Protección

– ¿Incluso en invierno?

– Por supuesto. Así es casi imposible contagiarse. Eso sí, con todas las medidas que anteriormente he señalado. Y con la Policía vigilando, porque de lo contrario la gente se va a reunir en casas en las que se va a contagiar porque no hay, o es poca, ventilación y se quita las mascarillas. Es en los interiores donde está el peligro y donde se ven la mayoría de contagios. Y es en dos situaciones: al hablar cerca de alguien sin mascarilla, y al compartir el aire bastante tiempo en la habitación. Ahí se dan los supercontagios. Por tanto, hay que pasar el menor tiempo posible en interiores y, si es inevitable, ventilar para que al aire viciado salga.

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«Hay que hacer cinco cambios de aire por hora en los interiores, donde está el peligro»

ventilación

Medir el CO2

– ¿Cuánto tiempo?

– La forma de saberlo es medir el dióxido de carbono. En el exterior hay 400 partes por millón de moléculas de aire. Si en un sitio cerrado hay 800 significa que el 1% del aire que alguien está respirando ya lo ha respirado antes otra persona. Hay colegios que tienen 5.000 y ya es el 11%. Esa es la situación superpeligrosa que se puede evitar. El CO2 debe mantenerse siempre por debajo de 700 partes. Y si no se puede ventilar recomendamos filtrar. Hay filtros EPA que funcionan muy bien, pero son muy caros, y otros más baratos que se pueden hacer con un ventilador, que funcionan igual de bien. Además recomendamos cinco cambios de aire por hora. Cuando no se pueda ventilar ni se pueda filtrar, aconsejamos los rayos ultravioleta, pero exigen un tratamiento profesional. Y, de momento, no recomendamos otros limpiadores de aireado que puedan producir contaminantes químicos.

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