El exalcalde Julio Revuelta, en la recta final de su cuarentena tras dar positivo por coronavirus

«Tos, fiebre, un poquito de dificultad al respirar... pero sobre todo tos y fiebre», cuenta el 'paciente', que espera recibir el alta el próximo martes. En su caso, tras permanecer la primera parte de la enfermedad en casa aliviándose los síntomas con paracetamol, hace poco más de una semana, y ya sin síntomas, acudió al Centro de Diagnóstico Móvil (CDM), instalado en el parking del CIBIR, y le confirmaban el positivo pese a «encontrarse bien».

Tal resultado le llevaba a continuar en aislamiento, que va a prolongar hasta pasada la Semana Santa «para asegurar» y apurar los plazos del COVID-19 dadas las circunstancias. «Recuerdo que los días coincidentes con la declaración del estado de alarma tuve bastante actividad, reuniones y encuentros de cara a dejarlo organizado todo, y los contactos fueron constantes», explica el político.

«Y a la que empecé con los síntomas, aún sin test alguno, parecía claro que lo mío se ajustaba a la enfermedad en cuestión, y ya me encerré en casa. Se da la circunstancia de que tengo una casa grande y mis hijas ya están fuera, por lo que me he podido organizar bien con mi mujer», cuenta. »No me he desligado al 100% del trabajo y la verdad es que he estado muy concienciado sobre cómo actuar desde el primer momento... me tengo por disciplinado, y no me he cuestionado el porqué del asunto. Había que hacerlo y lo he hecho sin más«, sentencia.

Revuelta, que en ningún momento ha necesitado hospitalización, sí que estuvo atento a ese octavo día de síntomas que se considera el «momento crítico» para infectados por el SARS-CoV-2. «Me notaba algo peor, pero finalmente descartamos la necesidad de hacer una placa. Y todo pasó, la verdad», dice quien añade que, en su casa y tras su positivo, se ha cumplido a ratajabla con todas las recomendaciones sanitarias.

El exalcalde de la capital de La Rioja, que espera con tranquilidad a que llegue el martes para «retomar su vida normal» (dentro de la excepcionalidad de la situación que se vive), quiere dar las gracias a su médico, Ernesto Bozalongo, del centro de salud de Cascajos, por el trato que le ha brindado estos días. «Ha habido jornadas que han sido hasta tres sus llamadas«, concluye.