Europa endurece las medidas contra los antivacunas por el avance del COVID

Los verdaderos protagonistas de la primera jornada de confinamiento para no vacunados fueron, sin embargo, los más pequeños. El país comenzó a vacunar ayer a los menores de 5 a 11 años con la fórmula de Pfizer/Biontech, que aún no cuenta con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), pero sí con el de su homóloga americana, la FDA. El objetivo es poner freno a un virus que se extiende con facilidad empujado por las reticencias de los mayores a pincharse. Con la población infantil se rompieron todas las previsiones. En Viena, las 9.000 citas previstas para ayer lunes se habían agotado a primeras horas.

Al país centroeuropeo le mueve la enorme preocupación que representa ostentar una de las tasas más bajas de vacunación de Europa, 65%. Pero la amenaza de una nueva oleada de coronavirus se cierne sobre todo el Viejo Continente. Las medidas anticovid regresan poco a poco.

JUAN CARLOS BARRENA

El futuro Gobierno alemán baraja atajar la nueva ola de coronavirus con vacunaciones obligatorias para determinadas profesiones. Los partidos que negocian la nueva coalición en Berlín -socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP)- estudian ordenar la inmunización de los trabajadores de residencias de mayores y de enfermos crónicos, así como al personal de las guarderías. «Vamos a sacarlo adelante», anunció la líder parlamentaria de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt.

Aunque el nuevo Ejecutivo no se encuentra constituido aún y el gabinete de la canciller, Angela Merkel, continúa en el poder en funciones, SPD, verdes y FDP cuentan con una mayoría parlamentaria suficiente para legislar. El Gobierno de Merkel había evitado hasta ahora dictar vacunaciones forzosas, pese a las crecientes demandas desde el mundo científico, que reclama inmunizar con urgencia a quienes atienden a las personas más vulnerables. Göring-Eckardt señaló que el tripartito contempla en la reforma de la ley para la prevención de infecciones limitar drásticamente los contactos sociales de los no inmunizados, así como exigirles un test negativo en el transporte público con independencia del uso obligatorio de mascarillas. No se verificará esa medida al acceder a autobuses o trenes, pero quienes controlan los billetes verificarán que los pasajeros cumplan con las normas para los no vacunados, que serán multados con dureza si las infringen. La dirigente de Los Verdes descartó para Alemania una medida tan drástica como el confinamiento como en Austria.

El país de las libertades fue el primero en adoptar medidas contra los no vacunados al entender que el derecho a la salud pública prima sobre todos los individuales que reclaman los antivacunas. El pasaporte sanitario se exige desde principios de agosto para entrar en bares y restaurantes, incluidas las terrazas, y los museos. En general para todas las actividades de ocio, culturales y deportivas. La medida se ideó para su vigencia hasta ayer, 15 de noviembre, pero se prorrogará hasta el 31 de julio de 2022. La prevención manda. Además, el Gobierno de Emmanuel Macron ha decidido exigir el tercer pinchazo para los mayores de 65 años, que será obligatorio para obtener el certificado covid. Francia, además, fue el primer país en exigir al personal sanitario la vacunación completa, bajo el riesgo de ser suspendidos de empleo con deducciones salariales.

También Italia se ha puesto firme con la obligación de vacunarse. Desde el 15 de octubre, es obligatoria la presentación del pase sanitario para entrar en el lugar de trabajo. O se entrega el certificado de vacunación completa o se presenta cada día una prueba negativa de infección. Un 10% de los trabajadores no se han inmunizado y muchos de ellos están en contra de hacerlo. La tercera dosis de la vacuna ha llegado ya a los mayores de 40 años, ante el repunte de la infección. La Policía, entretanto, ha registrado los domicilios de 17 activistas antivacunas que animaban a través de internet a usar armas y a cometer atentados contra el presidente Draghi y otras instituciones.

Reino Unido fue el país europeo que más corrió en la vacunación. Bien porque optó por la fórmula local de Astrazeneca, menos potente, porque dilató en exceso el pinchazo de la segunda dosis para llegar a toda la población, por la caída de los anticuerpos pasados seis meses de la vacunación o por todo un poco, los casos han vuelto a dispararse en el país. Ahora, el Gobierno ha decidido que todos los sanitarios estén vacunados antes del 1 de abril, o corren el riesgo de perder su empleo. El Ejecutivo de Boris Johnson se plantea también recuperar determinadas restricciones antes de que acabe el año.

La necesidad de poner coto al nuevo rebrote de covid ha llevado al Gobierno holandés a decretar una cuarentena parcial de tres semanas, que incluye el cierre de bares, restaurantes y supermercados a las ocho de la noche. Con una excepción, el comercio 'no esencial' baja la persiana dos horas antes. Además, los partidos oficiales del deporte profesional se disputan ya sin espectadores. Con el 85% de la población vacunada, Países Bajos afronta en estos momentos sus valores máximos de contagios.

La situación se ha complicado tanto en Chequia que el Gobierno ha decidido endurecer desde ayer las medidas. Para empezar, los trabajadores de hospitales que no estén vacunados deberán realizarse pruebas cada día. En la Universidad, es obligatorio ya el uso de mascarillas FFP2 o similares en las aulas y espacios con más de 50 personas. El Ejecutivo ofrece ya la vacunación gratuita a todos los residentes extranjeros. Sanidad estudia pedir pruebas PCR o certificados de vacunación para acceder a restaurantes y eventos culturales.

recupera restricciones. Ha comenzado a realizar controles aleatorios en las fronteras y se plantea la vacunación obligatoria para el personal sanitario en contacto con pacientes covid.