Día 40: Enrique y Ana vs. Dúo Dinámico
Diario de una cuarentena rural ·
«El 'regreso', hoy, a las aulas, se antoja como la mejor de las opciones para que las tensas aguas que circulan por aquí se vayan amansando poco a poco»Secciones
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Diario de una cuarentena rural ·
«El 'regreso', hoy, a las aulas, se antoja como la mejor de las opciones para que las tensas aguas que circulan por aquí se vayan amansando poco a poco»La buena noticia es que ya hemos cumplido la cuarentena... si por cuarentena entendemos el transcurso de cuarenta días. La mala, que la cuarentena va a ser bastante más larga, bastante más extensa y que, a expensas de las prórrogas que puedan llegar, estará ... más cerca de los 80 que de los 40 días. Después de 40 días en Sorzano poco o nada se parece a aquel primer día y todo lo que entonces eran novedades ahora son rutinas y la Semana Santa ha sido demasiado intensa. Sin más tareas que hacer que las autoimpuestas, con un mes de abril haciendo gala de su cualidad de lluvioso y con un cielo demasiado gris y plomizo, el regreso, hoy, a las aulas, se antoja como la mejor de las opciones para que las tensas aguas que circulan por aquí se vayan amansando poco a poco.
En condiciones normales, ayer hubiera sido un día de preparativos, de ordenar libros, de preparar mochilas, de terminar (a última hora, como casi siempre), las tareas pendientes y de irse pronto a la cama para volver al cole con tan pocas ganas como energía. Pero ni una cosa ni la otra. Lo único que últimamente sí se está repitiendo son los madrugones, que evolucionan como la curva del virus: hay días que se dispara (nuestro particular techo lo tenemos poco después de las 6 de la mañana) y hay ocasiones en las que la presión sobre el sistema paternal se relaja (nunca mucho más allá de las 9 de la mañana).
Ayer, a expensas de como empieza a fluir hoy la vuelta al cole, fue uno de esos días anárquicos en el que, dentro de un orden, cada uno hizo lo que quiso. Con dos pequeñas en casa eso se traduce en que ellas hicieron lo que les dio la gana y los demás las cuestiones indispensables para que ni las hormigas nos coman (es lo que tiene vivir en el campo, que hay, entre otros muchos bichos, hormigas) ni se desate en casa otra crisis sanitaria o alimentaria. Eso hizo que a media mañana se montara en la cocina una improvisada discoteca en las que cada una fue pinchando lo que le apetecía.
Todo empezó con el Resistiré. Ahora no eres nadie si, o bien no la cantas al menos una vez al día o si no has montado un vídeo al son del Dúo Dinámico o alguna de las infinitas versiones. Intenté que les gustarán Celtas Cortos (hoy, 30 años después, vuelve a ser 20 de abril) y aceptaron de buen grado 'Cuéntame un cuento', pero al final Valentina optó por Katy Perry (puede escuchar en bucle y durante horas 'Roar') y Henar optó por Los Planetas. Si no especificamos más podríamos estar incluso orgullosos de su elección, desde luego. El problema es que la elección exige una acotación: no el grupo Los Planetas, no; la canción Los Planetas. Sí. Enrique y Ana. Algo hemos debido de hacer muy mal para merecer semejante castigo. Al final optamos por apagar la tablet.
Y si la mañana fue caótica y anárquica, la tarde lo fue aún más. Dos fueron los protagonistas: Shrek, que a este paso amenaza con convertirse en el sucesor de Elsa y Ana, y el Monopoly. No sé muy bien qué gracia le ven a jugar al Monopoly por videoconferencia, pero ayer se juntaron media docena de chiquillas en una partida virtual que, obviamente, acabó según fueron cayendo las baterías de las tablets que utilizaban. Siguen sin hablar. No tienen nada que contarse.
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