Jennifer, entre dos compañeras.

«Debemos dar a los mayores el valor que merecen»

Jennifer Calvo | Alfareña en una residencia de Tudela ·

Después de 21 días de confinamiento total, esta alfareña volverá el viernes a aislarse para proteger una residencia de Tudela

E. PASCUAL

alfaro.

Martes, 21 de abril 2020, 07:33

Se encerró junto a sus compañeras el 23 de marzo para frenar la entrada del COVID-19 en la residencia Nuestra Señora de Gracia, de Tudela. Iban a ser quince días de aislamiento total. Pero para proteger a sus 85 mayores extendieron el encierro hasta ... el 11 de abril. Tras unos días de descanso junto a los suyos, la alfareña Jennifer Calvo Revilla volverá el viernes a encerrarse para ser el escudo de su segunda familia.

Publicidad

– ¿Cómo se siente tras el reto?

– Muy bien, contenta por lo hecho. Cuando la directora nos propuso a las 23 compañeras una semana más, no lo dudamos, evidentemente. Tenía razón. Volver a turnos de 12 horas suponía mucho riesgo.

«Después de lo logrado, tenemos claro que aislarnos es la mejor medida para la lucha contra este virus»

– ¿Cómo van a actuar a partir de ahora?

– Después de hacernos las pruebas, el grupo de voluntarias que nos sustituyó se ha confinado por otras dos semanas. Volveré a entrar el viernes por diez días para así coincidir los dos grupos y compensarnos. La idea es darnos relevos como equipos confinados. Tenemos claro que es la mejor medida para asegurarnos, entre comillas, la lucha contra este virus.

– ¿Cómo fue salir tras 21 días?

– Fue un cúmulo de emociones encontradas. Por un lado, contentos de volver a casa y el reencuentro con la familia; por otro lado, nos daba mucha pena... Los abuelos nos hicieron homenajes, los vecinos salieron a aplaudirnos... Salir nos devolvió a la realidad, al silencio de las calles vacías... Fue extraño.

– ¿Cómo ve este otro lado?

– Frente al no parar en la residencia, siento un vacío al intentar entender cómo la gente puede llevar un mes en casa sin hacer nada. Veo a la gente muy crítica ante cualquier decisión. Lo entiendo como desahogo. Todos lo estamos pasando mal, pero hay que empatizar y sumar, que no es fácil decidir.

Publicidad

– Ha dejado a su familia para cuidar a su otra familia. ¿Es la misma tras esta experiencia?

– Me he reencontrado conmigo misma. No me encontraba en mi mejor momento y no me sentía capaz de hacerlo, pero me impuse que lo tenía que intentar. Me he sorprendido a mí misma. Aunque echábamos de menos a nuestra gente, hemos tenido un gran ambiente, hemos vivido cosas muy bonitas entre los compañeros y los residentes, no parábamos y las semanas se nos pasaron volando.

– Están siendo días muy duros para las residencias. ¿Qué deberíamos aprender?

– A dar más importancia al sector de la geriatría, porque nos tenían apartados. Ahora se está viendo nuestra importancia para cuidar a los que levantaron el país, los que lucharon por todo lo que tenemos. Ojalá la gente cambie el concepto triste que tiene de las residencias y demos a los mayores el valor que merecen. Desde hace tiempo, las residencias tienen muchos profesionales, les damos vida, somos realmente familias. Los políticos también deben valorarnos y que nos igualen los convenios laborales. Tenemos una vocación enorme, pero nuestro convenio es muy bajo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad