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El INE aportó ayer algo más de luz a las siempre complicadas (y reformuladas hasta la saciedad) estadísticas de la pandemia. De manera excepcional y por causas evidentes, el centro estadístico publicó un inédito balance parcial de las causas de mortalidad durante los ... cinco primeros meses del año que viene a confirmar que el COVID es ya la primera causa de muerte en España: de los 231.014 óbitos registrados en todo el país en esos cinco meses, 32.652 fueron por COVID-19 y otros 13.032 son sospechosos de coronavirus. Es decir, el 21% de las muertes están asociadas al SARS-CoV-2.
En La Rioja, la presencia del coronavirus (confirmada o sospechosa) en la estadística de causas de muerte es aún más intensa. Según el INE, prácticamente una de cada cuatro muertes están vinculadas al COVID-19. En cifras absolutas, en el periodo de tiempo analizado murieron en La Rioja por coronavirus 345 personas. Son casos en los que el certificado médico de defunción indica que el COVID-19 «fue la causa básica y por tanto desencadenante de la muerte». A ellas hay que sumar otros 63 óbitos en los que, a pesar de que el virus no se identificó con un test, en el certificado rubricado por los galenos se indica que es «probable» o «posible» que la causa última del fallecimiento sea la infección causada por el virus.
La información publicada ahora por el INE a partir de esos boletines médicos agrava también el impacto que el coronavirus ha tenido en la población riojana y eleva considerablemente (más del 13%) el número de víctimas de la pandemia entre enero y mayo. Hasta ahora, el recuento de fallecidos de las autoridades sanitarias señalaba que hasta el 31 de mayo habían muerto en La Rioja 361 personas con coronavirus. Eran los pacientes que habían sido sometidos a una prueba diagnóstica con resultado positivo antes de morir. Fuera de esa estadística quedaban todos aquellos a los que no se les hizo un test para comprobar si eran portadores del virus (situación más frecuente durante la primera ola): el INE apunta que fueron 63.
Así, el balance estadístico no solo atribuye el óbito de manera fehaciente al virus sino que añade a su luctuosa estadística 47 muertes más para un total de 408 hasta el 31 de mayo. Lo mismo sucede en el país: donde las autoridades sanitarias indentificaron 27.127 fallecidos, el INE constata ahora 32.652 muertes con test positivo y 13.032 más como «probables» víctimas del COVID-19. 45.684 en total. 18.557 más que las comunicadas hasta ahora.
Esas cifras hacen que las muertes por enfermedades infecciosas (entre las que se incluye el COVID) en La Rioja repunten un 1.550% en 5 meses en relación al 2019 y que con 429 óbitos (408 por coronavirus) se conviertan en las más mortales por delante del cáncer (381 fallecidos) y de las patologías del sistema circulatorio (367). Descendiendo a patologías concretas, en apenas tres meses (el primer fallecimiento para el INE fue en marzo) el virus acumuló prácticamente la misma letalidad que las enfermedades isquémicas del corazón (94 fallecidos hasta mayo), las enfermedades cerebrovasculares (72), las demencias (87), el cáncer de bronquios y pulmón (61), el alzeheimer (55) y las insuficiencias cardiacas (50) juntos.
Con los 10 primeros días de abril como el periodo más duro de la pandemia (143, muertos, uno cada 100 minutos), la estadística provisional del INE también traza el perfil de los fallecidos: siete de cada diez tenían más de 80 años y el grueso de los fallecidos murió en un hospital (243). 134 fallecieron en una residencia de mayores y 30 en su casa.
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