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Justo Rodríguez
La ola con más contagios y menos datos fiables sobre su alcance

La ola con más contagios y menos datos fiables sobre su alcance

El colapso de Atención Primaria impide que la Unidad COVID esté al tanto de todos los positivos y muchos se autodiagnostican, se autorrecluyen y se autodesconfinan sin PCR

Sábado, 8 de enero 2022, 01:00

La variante Ómicron ha disparado los contagios en La Rioja, como en el resto de España, hasta tal punto de que se han marcado récords en la incidencia acumulada desde el inicio de esta tragedia sanitaria hace casi dos años. Ayer se alcanzaron los 3.333 casos a catorce días por cada 100.000 habitantes en la comunidad. Pero, con probabilidad, no es una cifra fiable y en realidad la infestación de la población riojana es mayor que la que recoge la estadística.

La explicación principal, aunque no la única, es que muchos contagiados autodiagnosticados por test de antígenos adquiridos en las farmacias no comunican su estado a Rioja Salud. Durante las primeras olas de la pandemia, la prueba diagnóstica que confirmaba la evolución de la pandemia era la PCR, considerada la herramienta más eficaz para romper la cadena de transmisión y controlar la pandemia. Cuando un ciudadano alertaba en Atención Primaria de su sospecha de estar contagiado se ponía en marcha un protocolo protagonizado por la Unidad COVID, cuyos rastreadores perimetraban no solo al propio paciente, sino a los miembros que conviven en su unidad familiar y a todos los contactos con los que hubiera tenido una relación de riesgo (sin distancia social ni mascarilla, por ejemplo), dos días antes de confirmarse el positivo o de empezar a sentir síntomas.

En la sexta ola, y aunque los rastreadores continúan haciendo su labor, las autoridades sanitarias han trasladado la responsabilidad a los propios ciudadanos para que, a través de test de antígenos rápidos, controlen su estado físico con cierta periodicidad. Es cierto que, según el protocolo acordado por la Consejería de Salud y el Colegio de Farmacéuticos en julio pasado, el COVID es una enfermedad de declaración obligatoria y las farmacias, previa autorización del paciente, son junto a la aplicación Autotest COVID La Rioja, un canal de comunicación de contagios al sistema sanitario.

Se ha trasladado la responsabilidad a los ciudadanos para que evalúen su estado a través de los antígenos

Pero, claro, que se cumpla esta «recomendación» no solo está condicionado a la voluntariedad de los usuarios que pueden optar con comportarse con responsabilidad (autoconfinarse y avisar a sus contactos) sin dar cuenta de su caso a las autoridades sanitarias. Además, en no pocos casos (las continuas quejas en 'El Teléfono del lector' de este periódico son prueba de ello) la estrategia falla por la falta de respuesta de Rioja Salud. En concreto de Atención Primaria, servicio que está desbordado, lo que lleva a muchos positivos a autodiagnosticarse, a autorrecluirse y a autodesconfinarse siete días después sin haber podido hablar con su médico y, por supuesto, sin una PCR realizada porque la Unidad COVID ni siquiera ha tenido conocimiento de lo sucedido. Por la misma razón tampoco se puede saber la cifra de confinados.

La otra razón que dificulta conocer el grado de alcance de esta sexta ola de la pandemia es que las pruebas diagnósticas son mucho más selectivas. Hasta ahora todas las personas que eran contacto estrecho de un positivo eran citadas para una PCR. Pero ya no es así: solo se cita a quienes manifiestan síntomas compatibles con el virus y a las personas vulnerables con las que hayan podido tener contacto. Un cribado que se limita a los mayores de 65 años, inmunodeprimidos, embarazadas, trabajadores y residentes de los centros sociosanitarios, todos los profesionales sanitarios y los no vacunados.

LAS CLAVES DE ACTUACIÓN EN OLAS PASADAS

PCR

Atención Primaria comunicaba la sospecha de un positivo a la Unidad COVID, que citaba al posible infectado para someterle a esta prueba diagnóstico considerada durante mucho tiempo la mejor herramienta para romper la cadena de transmisión de la infección y controlar la pandemia.

La Unidad COVID comunicaba el resultado al contagiado, cuyo seguimiento correspondía a partir de ese momento a su médico de cabecera, y le daba instrucciones sobre cómo realizar el aislamiento. Los rastreadores (152 con datos de ayer, según el Gobierno regional) se encargaban de contactar con los contactos estrechos, es decir, con las personas con las que el enfermo convive en el hogar y con todas aquellas con las que hubiera estado a menos de dos metros, más de 15 minutos y sin mascarilla los dos días antes del PCR positivo o desde el inicio de los síntomas. Preparado el listado de contactos, desde la unidad COVID pedían las PCR para todos, contactaban con ellos y les indicaban que debían hacer una cuarentena de catorce días desde el último contacto de riesgo con el paciente positivo. Durante meses, además, se realizaba una PCR para autorizar el desconfinamiento de los contagiados.

Las farmacias se sumaron al rastreo de la pandemia el pasado verano. Desde entonces, cuando un cliente adquiriera un test de antígenos, el responsable de la farmacia, además de informarle sobre cómo debía hacerse la prueba, le recordaba que el COVID es una enfermedad de declaración obligatoria y se ofrecía para gestionar dicha comunicación.

LAS CLAVES DE ACTUACIÓN EN LA SEXTA OLA

Autotest

Las «recomendaciones» de Rioja Salud a los pacientes que hayan dado positivo en un test de antígenos en farmacias es aislarse y comunicarlo a sus farmacéuticos o a través de la aplicación de móvil Autotest COVID La Rioja.

Debe permanecer en aislamiento domiciliario hasta tres días después de haber desaparecido los síntomas, con un mínimo de siete días. Si su situación empeora tiene que ponerse en contacto con el sistema sanitario.

Debe permanecer en aislamiento domiciliario siete días y notificar personalmente su positivo a sus contactos estrechos para que sigan las recomendaciones sanitarias

i tiene la pauta completa de vacunación no debe guardar cuarentena. Ahora bien, en los diez días posteriores al contacto tiene que limitar interacciones sociales, evitar zonas concurridas y la relación con personas vulnerables, y extremar las medidas de prevención. Si no está inmunizado, la cuarentena debe durar siete días. Si aparecen síntomas debe contactar con el sistema sanitario. Para cualquier duda, Salud Responde (941 298 333), o en caso de empeoramiento, el 112.

Debido a «la elevada incidencia» de la sexta ola, Salud ha reducido el estudio de contactos a los siguientes grupos: mayores de 65 años, personas vulnerables (patologías crónicas, inmunodepresivas, embarazadas, personas sin vacunar, etcétera), residentes en centros de mayores, personas que acuden a instituciones sociosanitarias y profesionales sanitarios y sociosanitarios.

Continúan su labor para quienes hayan recibido un SMS con el resultado de una prueba diagnostica (PCR) positiva. La Unidad COVID les llama con el fin de que haya un seguimiento y evolución de su caso así como para identificar a los convivientes.

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