Confianza y dudas sobre AstraZeneca

La vacunación con AstraZeneca continuó ayer con normalidad en La Rioja. Había citados 1.750 riojanos de entre 60 y 65 años, la mayoría en Logroño, en el hospital San Pedro y el CIBIR, para administrarles la primera dosis de esta vacuna contra el COVID-19. La segunda dosis de los vacunados ayer la recibirán el 1 de julio.

Roberto Vergara, de 59 años, para cumplir los 60 en este mismo año, acudió con ganas de vacunarse: «He tenido nervios, pero por los medios de comunicación, que estáis dando la matraca, pero yo estaba deseando». En cuanto a la vacuna en sí, la inyección, «no me he enterado ni del pinchazo, aunque estoy acostumbrado porque he sido donante, me voy encantado y más tranquilo». Esta fue la tónica predominante durante la mañana. Si las personas acudían con dudas era más por lo escuchado y leído en los últimos días que por convicción.

Diferentes informaciones han alimentado la confusión en los últimos días. Castilla y León, que dejó de vacunar con AstraZeneca el pasado miércoles, reanudaba ayer el proceso. En toda España se ha suspendido la vacunación con esta marca para los menores de 60 años, pero continúa administrándose a los nacidos entre 1956 y 1961. En Guipúzcoa, además, la Diputación ha parado la inmunización de los trabajadores y usuarios de centros ocupacionales públicos. Aunque parece haber evidencias que relacionan la vacunación con AstraZeneca con trombos, el gerente del Servicio Riojano de Salud de La Rioja, Alberto Lafuente, aseguró que las vacunas «son los fármacos más seguros actualmente».

De esto también parecía estar convencido José Ramón Flaño, logroñés a punto de cumplir 60 que acudió ayer a vacunarse al San Pedro. «Estoy tranquilo y me la quería poner, a pesar de las dudas que puedan surgir, pero una vez aclaradas estas yo entendía que hay que hacerlo y sin ningún miedo». Carmela Rubio estaba igual de segura: «Confío plenamente en que esta es la única forma de vencer la pandemia. A veces es el desconocimiento... Si esto es como la vacuna de la gripe...».

A la también logroñesa a punto de cumplir 60 Ascensión Heras le nacía alguna incertidumbre: «Creo que hay que vacunarse. Me da miedo pero creo que es la única manera de seguir adelante con una vida normal. Los efectos secundarios pueden ser mínimos». Preguntada sobre si se quedaba ya más tranquila con la primera dosis de AstraZeneca respondió: «No sé... Pregúntamelo pasado mañana».

«Los científicos son los que nos están dirigiendo en está vacunación, y creo que está funcionando, y además de una forma correcta», expuso ayer Alberto Lafuente. Susana Luzuriaga, enfermera del San Pedro, explicó que su colectivo, el que inyecta la vacuna, «esta suficientemente informadas y una de nuestras labores es la educación sanitaria, tranquilizar a los usuarios que vienen a ponerse la vacuna». «Normalmente la gente viene con dudas. La vacunación es voluntaria y lo habitual es que se vacunen convencidos, pero se pueden ir tranquilamente», explicó Luzuriaga. Hubo un caso excepcional, el de «alguna persona, docente con menos de la edad recomendada, a la que le hemos dicho que no le podemos administrar todavía esta vacuna». Y, en general, las ausencias no fueron significativas: «Todos los días falta gente citada, no solo con esta vacuna».

Desde la Consejería de Salud cifran el porcentaje de rechazo a las vacunas, en general, no solo a AstraZeneca, en un 1%. El logroñés Jesús Viguera tenía claro que, aunque acudió «con dudas, hay que vacunarse, los riesgos de no hacerlo son mucho mayores que las posibles consecuencias de la vacuna, así que estoy tranquilo». «Además –concluyó– las enfermeras me han tratado estupendamente».