Una madre 'teletrabaja' mientras sus hijos hacen las tareas escolares. Juan Marín

¿Conciliación irreconciliable?

Lo que también trajo el COVID. Teletrabajadoras, teleprofesoras de sus hijos y atendiendo sus casas: la nueva realidad de miles de mujeres

Sábado, 16 de mayo 2020

María, mamá teletrabajadora, teleprofesora de sus dos hijas y asistenta de su propia casa, se apuntó a clases de meditación y yoga 'on line' para sobrellevar el esfuerzo personal que le supone el confinamiento. Intentaba conectarse a las horas en que se realiza la actividad ... en 'streaming', pero o bien no había acabado de trabajar (y para entonces llevaba ya todos los días 9 horas frente al ordenador) o bien tenía que preparar la cena. La casa la acondiciona cuando sus hijos se acuestan, que por la mañana, además de teletrabajar, tiene que estar pendiente de las tareas escolares y controlar las videoconferencias con los profesores. Como María es mujer de soluciones, pensó: «Me lo descargo, y por la noche, cuando estén dormidos, haya acabado de trabajar y de recoger la casa, lo oigo en la cama y así me relajo». No le hace falta. Se queda dormida todos los días en el minuto 1 de la meditación.

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«Yo solo espero que en fase 2 nos dejen comprar armas!!!!!!!!», escribió el otro día, en tono de humor, en el chat de 'desesperadashaymasdeuna'. Con una carita sonriente.

La misma cara sonriente y el mismo humor que día tras día ponen miles de mujeres a su realidad cotidiana. Horas de teletrabajo que se suman a horas de telecolegio y a horas de tareas domésticas. ¿No tiene el día 24 horas? Nadie lo diría, para miles de mujeres. Andaban debatiendo sobre conciliación cuando llegó el COVID-19.

( Mamá, ¿cuáles son las propiedades de la materia?

Pregúntale por favor a tu hermana, que estoy trabajando)

Son tiempos estos que vivimos en los que los expertos recomiendan mantener horarios y rutinas. La dificultad viene cuando las obligaciones se solapan y hay que simultanear tareas, las laborales y las del cuidado de menores, por ejemplo. Y no se cuenta con la ayuda de los abuelos. Ay, los abuelos...

Skype. Meet. Zoom. Face Time. Son solo algunas de las plataformas que han llegado a los dispositivos familiares para atender la colosal carga de trabajo telemático, tanto escolar como laboral. 'Cambia el usuario', alerta el propio dispositivo, como afeando a quien presurosa/o intenta una nueva conexión. Y es que la tutoría del colegio, la clase de violín, la de gimnasia rítmica en 'streaming' y la videconferencia del adulto con la empresa conviven en el ordenador, la tablet y/o el móvil. Las habilidades ofimáticas adquiridas en dos meses deberían computar como un grado.

La secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT en La Rioja, Ana Victoria del Vigo, lo tiene claro: «Las mujeres estamos siendo las más perjudicadas, todo esto aumenta la brecha de género en el ámbito laboral. Desde el primer día del confinamiento muchísimas mujeres renunciaron a sus trabajos, solicitando excedencias o pidiendo reducciones de jornada», afirma.

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«El teletrabajo tiene pros y contras, pero falta regularlo», defiende Del Vigo. Y recuerda: «Los trabajadores tenemos derecho a la desconexión digital, al registro de horario, aunque sea en casa, y todo esto hay que regularlo, porque hoy por hoy la situación está siendo un parche un poco caótico».

Corresponsabilidad

El colectivo femenino es, «sin duda», el más perjudicado por el teletrabajo, «porque además está el problema añadido del cierre de colegios y centros de dependientes. Es fundamental la corresponsabilidad. La doble carga de trabajo que siempre hemos tenido las mujeres se agudiza al trasladar el ámbito laboral al hogar», señala Del Vigo. Además, «el 75% de los trabajadores esenciales son mujeres, supermercados, sanidad, atención a la dependencia... y sin embargo son los más precarios y los peor pagados», recuerda.

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(Mamá, ¿dónde está el Activity Book?

No lo sé, cariño, míralo en Google, por favor, que estoy trabajando...)

Del Vigo insiste en que la situación actual «está abriendo aún más la brecha de género», pero no olvida que gracias al teletrabajo «hay personas que han encontrado una posibilidad de no perder sus empleos». Porque también tiene fortalezas el sistema. «El aprovechamiento de las TIC es un avance importante», apunta la responsable sindical. «Por ejemplo, con el cierre de colegios y en los trámites administrativos», ejemplifica. Y vuelve a recordar la existencia de brecha digital en muchos hogares, a la vez que apunta los problemas de salud laboral derivados del teletrabajo: lesiones musculoesqueléticas, estrés, la vista... Del Vigo mira al futuro para conminar a que «todo esto nos sirva para iniciar algo positivo, que aprendamos de los problemas que están surgiendo».

«El teletrabajo necesita de una regulación horaria, y eso debe hacerse a través de la negociación colectiva», insiste.

¿Qué les están trasladando los trabajadores? «Si bien hay gente que ha encontrado una oportunidad en el teletrabajo y hay puestos que se han mantenido gracias a ello, esta modalidad de empleo necesita una estructura y normas. La mayoría de las personas que teletrabajan nos muestran la sensación de estar trabajando a todas las horas del día», revela Del Vigo.

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(Mamá, una crochet es 'a musical note with a time value equal to two quavers or half a minim?'

Ehhhhh, sí, cariño..., ni yo misma lo habría explicado mejor...)

Entonces, ¿se está conciliando o no? «Para nosotros se está conciliando muy mal, como buenamente se puede», afirma Del Vigo. «La sociedad en general y el mundo laboral y político en particular deberíamos tomar conciencia de la corresponsabilidad, porque mientras no sea así seguirá la mujer encargándose del cuidado de los menores y dependientes y, por tanto, la que siga perdiendo derechos», concluye.

Aunque sea de forma lenta, hacia esa corresponsabilidad se va avanzando... «Ya se venía produciendo poquito a poco, pero todavía nos queda mucho camino por andar, y esto se tiene que llevar a cabo con ayuda de los gobiernos».

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( Mamá, Carlota tiene la mitad de años que su hermano Raúl, que tiene 24. El padre de Carlota tiene 28 más que ella. La abuela tiene 21 más que su padre. ¿Cuántos años tiene la abuela?

Pues ahora no me acuerdo, cariño, que estoy trabajando, llámale por teléfono y le preguntas)

¿Qué panorama laboral en cuanto a conciliación saldrá del actual escenario? «Lo primero que debería tenerse es conciencia del problema, sentarse y proponer cambios», valora Del Vigo, que recuerda la necesidad de que los gobiernos implanten medidas para favorecer la conciliación. Además, defiende que en cada convenio haya un apartado de teletrabajo.

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«De los errores que estamos viendo se puede sacar algo en positivo, siempre y cuando se tenga voluntad de corregirlos por parte de las administraciones y de las empresas, a través del diálogo social y de la negociación colectiva», concluye la secretaria regional de Políticas Sociales de UGT.

( Mamá, ¿'haber' se escribe con hache?

A VER, que estoy trabajando... Depende de lo que quieras decir...

Pero, ¿se escribe con h o no?

Que depende, que va en función de si quieres expresar una cosa u otra..., que estoy trabajando...

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Entonces, ¿cómo lo pongo?

A VER. ¡Pon que para saber las normas gramaticales te las tienen que HABER explicado!

No, no, si eso no me lo preguntan... Bueno, déjame el ordenador, que lo necesito para mandar el ejercicio por la plataforma de clase...

¡¡!! ¡Pues entonces añade!: «Dice mi mamá que HABER tenido en cuenta que las madres también están trabajando... y que si A VER si nos estamos volviendo todos locos o es sólo ella...».

Diálogo real. Tanto, como la conciliación familiar).

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