Tensión, crispación, incertidumbre y preocupación. Estos son algunos de los sentimientos que se han podido palpar esta mañana en el ambiente, en concreto, en la manifestación que ha tenido lugar al mediodía en la Fuente Murrieta para cierre decretado por el Gobierno de La Rioja ... Más de doscientas personas han acudido a la llamada de las redes sociales en apoyo a la restauración.
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Sobre todo, porque la mayor preocupación que se ha puesto sobre la mesa es la repercusión que este mes de inactividad provocará entre las familias del sector. «Se van a perder muchos empleos. Los hosteleros van a sufrir estas medidas y, lo que es peor, van a pasar hambre. No van a poder cobrar y, aún así, van a tener que afrontar todos los gastos», aseguraba Laura Hernández. «El cierre es totalmente injusto, porque va a provocar la ruina de muchas familias. Si no les dejan tener ingresos, ¿cómo pretenden que luego paguen los impuestos», se preguntaba Almudena Garrido, que ha acudido para apoyar al sector. De ahí, que «salvemos la hostelería», «todo a la hostelería es una vergüenza» o «no somos culpables de vuestras incompetencias» hayan sido algunos de los lemas que se han dejado ver en las pancartas de los afectados.
La tensión ha llegado a tal punto que los efectivos de la Policía Nacional han tenido que acordonar la zona para evitar que se produjese cualquier tipo de incidente, ya que la pretensión de algunos de los manifestantes, según han confesado, era invadir la calzada para parar el tráfico que, a los pocos minutos, iba a estar protagonizado por los vehículos e integrantes de la Vuelta Ciclista a España. «De qué sirve dar voces si no nos echamos a la carretera», decía una de las asistentes a la concentración. No han podido traspasar el cordón policial ni frenar el transcurso de la vuelta, pero sí han podido evidenciar su indignación tras el inicio de dicha etapa. Ha sido entonces cuando han predominado, todavía más, los pitidos, los abucheos y las protestas.
Los ánimos empezaron a caldearse entre los asistentes hasta tal punto que, mientras avanzaban los ciclistas, han alzado su voz para reivindicar que ellos también quieren trabajar. Y, tras su paso, se ha restablecido el tráfico y los participantes han podido continuar con sus protestas alrededor de la rotonda de la Fuente Murrieta.
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La concentración ha seguido su curso hasta alcanzar las puertas del Parlamento de La Rioja, donde los asistentes han continuado reivindicando los derechos de un sector que, hasta dentro de un mes, no podrá ejercer su actividad. Los efectivos de la Policía Nacional se han desplegado delante de las puertas de la institución riojana, justo en el momento de mayor tensión, en el que los manifestantes han alzado su voz para continuar con los siguientes lemas: «Arriba la hostelería», «nuestra comida está en juego», «¿Quién va a pagar nuestros sueldos y alquileres?» o «necesitamos trabajar». Y, según ha ido avanzando la jornada, la concentración ha ido llegando a su fin. No ha habido altercados, pero sí malestar e indignación entre los afectados.
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«Es una vergüenza, nos están mintiendo. Vengo para reivindicar una vida que nos están hundiendo», decía una de las asistentes en el Parlamento. «Las medidas decretadas son una forma de decir que los únicos culpables son los hosteleros. El cierre perimetral lo veo bien, pero el de la restauración no viene a cuento», comentaba indignado Ander Estiven Librada, trabajador en una panadería, quien añadió que «no han servido de nada todas las medidas de seguridad adoptadas. El Gobierno ha clausurado todos los locales aún sabiendo que no son el principal foco de contagio». De ahí, que las restricciones adoptadas hayan sido consideradas «muy injustas». Los afectados de este sector han pedido que se establezcan medidas «coherentes» y no unos «parches sin sentido» porque, según han reivindicado, en estos lugares «no se producen los contagios».
El presidente de la Asociación Hostelería Riojana, Francisco Martínez-Bergés, ha querido dejar claro que su organización, integrada en la FER, no ha tenido nada que ver con la concentración. «Nos desmarcamos totalmente de las imágenes que nos han llegado, porque,como ya dijimos ayer, no entrmos en esa línea», sentencia, quien ha añadido que «lo que sí le pedimos al Gobierno es que nos eche una mano para poder sacar de la UCI económica a todas las empresas hosteleras que van a tener que estar cerradas un mes y sin capacidad económica para ello».
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