«El botellón se justifica y nosotros seguimos cerrados; no tiene sentido»

Dieciocho meses «totalmente cerrados y sin ningún tipo de actividad». Así se encuentra el sector de las discotecas riojanas. Una situación que a los responsables de dichos negocios les ha afectado a varios niveles. En primer lugar, el económico. «Económicamente estamos destrozados; todo el esfuerzo de muchos años nos lo han tirado por la borda», asegura Antonio Cendra, de la Asociación Riojana de Salas de Fiestas y Discotecas.

Pero el aspecto monetario no es el único que se ha visto perjudicado, también el mental. «Estamos totalmente agotados, desilusionados, defraudados, asqueados...», enumera Cendra en TVR. «Particularmente, estoy pensando en tirar la toalla porque creo que no merece la pena», se lamenta.

Cendra considera que los políticos, con la excusa de la pandemia, están jugando con los responsables de este sector. «Además están demostrando que no somos nada ni nadie para ellos, aunque a la hora de cobrar impuestos somos los primeros», recalca.

El representante del sector cree que lo importante en la actualidad es minimizar los riegos porque opina que es necesario aprender a convivir con el virus. Es un mensaje que, asegura, han intentado trasladar a los responsables políticos. «Pero la Administración no lo ve así porque nos siguen teniendo cerrados y en diferentes ocasiones nos han dado con la puerta en las narices», afirma.

Recalca igualmente que han pedido celebrar varias reuniones al respecto con la Administración y no han tenido respuesta. «Proponemos, queremos hablar... pero no tenemos interlocutor al otro lado, por lo que la situación es terrible», apunta antes de admitir que esta situación de desamparo se ve más agravada al comprobar las situaciones que se dan cada fin de semana en el parque del Ebro y en otros puntos de la comunidad autónoma. Los botellones. «Todo el mundo está sin distancia social, sin mascarilla, pasándose vasos, haciendo sus necesidades en el parque...», enumera. «Eso se justifica y nosotros seguimos cerrados; yo ya no entiendo nada», remata.

Cendra considera que se han convertido en el justificante de la Administración de estar haciendo algo contra la pandemia. «No tiene ningún sentido porque por otro lado estamos viendo a la gente bebiendo en el parque del Ebro», reitera.

Cendra asegura que en las discotecas se pueden minimizar los riesgos. ¿Cómo? En primer lugar con el certificado COVID. «Exigiendo la doble vacunación», apunta. «Los políticos deben hacer la legislación para validar ese carné COVID que en otros países como Francia se está utilizando», añade. «Nuestra idea es que a la sala solo pudiera entrar gente con la pauta completa de vacunación o con una PCR negativa realizada con menos de 72 horas de antelación».

En su propuesta también se mantendrían las pistas con mobiliario (mesas, sillas...) para evitar la aglomeración de personas, además de la utilización de mascarillas. «Y con la experiencia se podrían ir aplicando nuevas iniciativas», apuntilla.

En su opinión, esas medidas serían mucho más pertinentes que permitir lo que está ocurriendo en el parque del Ebro. «Lo que es legal se prohíbe y lo que es ilegal se permite», se queja Cendra. «¿Qué nos quieren mantener otro año cerrados, cinco año más, de manera definitiva», se pregunta. «Si es el último caso que nos lo digan y por escrito, así podremos pedir responsabilidades», concluye su reflexión.

Cendra recalca que el sector se plantea tomar medidas legales al respecto de lo que está ocurriendo y sobre las próximas fiestas de San Mateo avisa de que, como la situación siga igual, se va a crear un problema importante en la zona del parque del Ebro, como ya avisó en su día la Policía Local en un comunicado.

Con esta situación, Cendra califica la gestión realizada por las administraciones (Alcaldía, Gobierno de La Rioja, Delegación del Gobierno) como «lo más deprimente y deplorable que se puede consentir en una democracia del siglo XXI».

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