Fue el rostro social de los gobiernos de José Ignacio Pérez en los años 80 y 90, como consejero de Trabajo y Bienestar Social y de Salud y Servicios Sociales y Concha Andreu le ha recuperado para relevar de una tacada a Ana Santos y ... Francisco Ocón. Pablo Rubio (Logroño, 1958), con cuatro décadas de política regional a sus espaldas, se mantiene fiel a su compromiso para, incluso, aceptar el reto más difícil: proteger a los mayores y ayudar a las víctimas de la crisis económica y social de esta pandemia.
– Acaba de cumplir un mes en el cargo. ¿Le ha dado ya tiempo a arrepentirse de haber aceptado o se ha reforzado su ilusión?
– Podría decir que me ha dado tiempo cada día de arrepentirme, pero no sería exacto y, además, irresponsable. Quizá no con esta intensidad, pero ya sabía que era una tarea compleja, fundamentalmente por las circunstancias y la compleja situación que vivimos. Son decisiones que se toman unidas a un compromiso y no cabe el arrepentimiento.
– Desde un día antes de su toma de posesión las residencias de mayores están blindadas de nuevo. ¿Quién decide sobre esos centros? ¿Usted o la consejera de Salud, Sara Alba?
– Evidentemente, lo decide directamente esta consejería, pero también tengo que decir que no podemos obviar recomendaciones técnicas sobre la situación de la pandemia. La Rioja, que ha sufrido el efecto del coronavirus en las residencias, es la comunidad que ahora mismo tiene las medidas más estrictas de toda España. Desde esta consejería hemos decidido mantener el cierre de las residencias y hemos hechos pruebas PCR a todos los residentes y trabajadores, incluso en aquellos centros en los que no era responsabilidad nuestra, pero también tenemos que ser conscientes de que no estamos libres de que se pueda producir un contagio y es posible que haya brotes y no tenemos un mecanismo inmediato de solución de ese problema. Hay algunas luces de esperanza, como los test de antígeno, y tenemos que insistir en la desinfección, en la sectorización... Hemos apostado también por el diálogo y queremos hablar con las residencias, escucharlas. Esto es como ir al médico, nosotros vamos a tratar de cumplir las prescripciones médicas, pero política o funcionalmente las decisiones las tiene que adoptar esta consejería. Al menos en este momento porque no sabemos qué puede pasar, a veces, las segundas olas son peores.
«Tras 24 años en la oposición son lógicas las disfunciones. Se debate el modelo, es erróneo hablar de fractura o guerra»
– Sí asegura que La Rioja está mejor preparada para conseguir que las residencias sean lugares más seguros. ¿Qué ha cambiado?
– Ha cambiado que tenemos más experiencia. Técnica y médicamente también nos dicen que, aunque no haya todavía medidas terapéuticas efectivas para la solución del problema ni vacunas, sí que la medicina tiene un mayor conocimiento y que existen medidas que se están adoptando que permiten que los efectos sean menores. Ha cambiado en eso notablemente y son más seguras, eso es evidente, pero insisto, no hay seguridad plena. No queremos generar falsa seguridad porque ahora mismo la situación es muy preocupante, aquí y en toda España.
– ¿Se hizo mal hace seis meses?
– No estoy capacitado para hacer esa valoración que quizá se podría hacer en el tiempo, pero no me gustaría que formase parte de mi labor el mirar al pasado porque no se puede conducir hacia adelante mirando al retrovisor.
– Ana Santos aseguró que Salud se negó a su petición de blindar las residencias. ¿Ha hablado de esto con ella y con Sara Alba?
– No tengo conocimiento de ello, hablé con ambas y ninguna me manifestó afirmación alguna en esta materia, ni la exconsejera cuando se produjo el traspaso de funciones, ni la consejera de Salud. Es una cuestión que tendrán que clarificar cada una de ellas si es que existe y debe clarificarse.
«A todos se nos puede poner y cesar, y el día que nos marchemos tenemos que hacerlo en silencio»
– ¿Cómo es su relación con Alba?
– Se funciona muy correctamente, estamos en un proceso de colaboración permanente cuando tenemos cualquier incidencia.
– ¿Cuáles son sus prioridades?
– La fundamental son las residencias, la atención a los personas mayores porque también algunos fallecen fuera de las residencias. Si hablamos de prioridades en políticas sociales, hay una amplia tradición dentro del Partido Socialista de que su prioridad ideológica entra dentro fundamentalmente del principio de la igualdad. La prestación de servicios sociales, de la sanidad, la educación, las pensiones o la vivienda forman parte del Estado de bienestar y esas deben ser las prioridades, junto a esta situación urgente, porque la crisis del coronavirus ha generado una crisis sanitaria, pero también otra económica muy dura y otra social y todo eso ha tenido una gran incidencia en la igualdad. Hay otro factor a tener en cuenta, y es que existen algunos grupos de riesgo específicos, como por ejemplo las familias monoparentales, especialmente mujeres, que no reciben a veces contraprestaciones y que sufren muchas dificultades para subsistir, o esa nueva generación surgida a partir del 2011, la de los trabajadores pobres. Y evidentemente todo lo que hay que hacer por los mayores, las personas con discapacidad, los menores, las mujeres en riesgo de exclusión social...
– No suenan muy distintas a las de la cesada Ana Santos.
– Serán las mismas, imagino.
– Usted no releva a un consejero cesado, sino a dos. ¿Cómo valora que en un año casi medio centenar de cargos del Gobierno hayan sido defenestrados?
– Yo creo que solo relevo estrictamente a una consejería. Siempre que he tenido responsabilidades en distintos gobiernos he tenido un nexo común, que ha sido Servicios Sociales, por la tanto cuando se establece una denominación para la consejería yo entiendo que lo prioritario es señalar que son Servicios Sociales. Quizá lo de Gobernanza Pública es un término relativamente nuevo y, además, puede abarcar cualquier ámbito de competencia, por eso no me siento consejero de Gobernanza Pública estrictamente y, por lo tanto, no creo relevar a nadie en concreto, simplemente creo que tengo que trabajar en el ámbito de los servicios sociales. Respecto a los cambios, nosotros llevábamos 24 años en la oposición y, por eso, creo que es lógico que existan disfunciones. A veces tendemos a enfatizar o expresar diferencias de forma muy intensa cuando afectan a personas, pero si se ven desde una perspectiva más elevada no son lo fundamental, son más modelos sobre cuál es el papel de los partidos cuando se está en la oposición o gestionando las instituciones. Hay una ética que se llama de la convicción y otra de la responsabilidad, los partidos se mueven en la oposición en la ética de la convicción de sus ideas y cuando están en el Gobierno se mueven en la de la responsabilidad porque tienen que gobernar para los ciudadanos y tomar decisiones que, a veces, como partido son más costosas ideológicamente. Yo he participado en otros gobiernos socialistas de La Rioja y el modelo era diferente, había una especie de bicefalia en la que el partido no participaba directamente de forma orgánica en el Gobierno. Por eso creo que es preciso ver los cambios que se han producido desde una posición en la que hay disfunciones debido a los muchos años del papel del partido en la oposición y también por la referencia a ese modelo de gestión. No obstante, considero que esto no sirve mucho para el ciudadano, las referencias de personas en una gestión tienen poca importancia, tanto antes como ahora. Quienes entramos en la actividad política tenemos que ir ligeros de equipaje, no somos imprescindibles y se nos puede poner y cesar libremente y el día que nos marchemos tenemos que hacerlo en silencio.
– Desde fuera y también, según lo que cuentan algunos de sus compañeros, lo que parece es que hay una fractura por una guerra de poder en el partido.
– Si existe fractura personal, serán las propias personas que se entiendan en esa situación de fractura las que tendrán que manifestarse y expresar las razones por las que se sienten en esa situación. Pero insisto, yo creo que son mucho más sencillas las cosas y, sobre todo, muy relativa en su trascendencia. Lo que se valora en el partido es el modelo y traducir eso en términos de guerra o fractura creo que no es correcto.
– Hay quien no duda en ver algunas filtraciones, como la de la Sicav de Luis Cacho o la de la oposición de la hija de Ana Santos, como puñaladas. En este último caso, ¿hay alguna investigación en la Consejería sobre las presuntas irregularidades o la propia filtración?
– Nosotros ya expresamos directamente, el mismo día que salió la noticia, que no existe sombra de duda respecto a la transparencia de ese proceso, que no existe sombra de duda respecto a los funcionarios que intervienen en ese proceso y que no existe sombra de duda respecto a la participación de la consejera en ese momento. Por ello no hay ningún proceso de investigación abierto porque no hay indicio alguno de que sea necesario; la situación es la contraria, no hay sombra de duda alguna en ese proceso, insisto.