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La preocupación de los más de 3.500 alumnos de las Escuelas Oficiales de Idiomas de Logroño, Calahorra y Haro deberían centrarse, en estas fechas, en dominar los 'phrasal verbs', declinar el alemán o afinar el oído para comprender los trepidantes diálogos en italiano. Sin embargo, tras dos meses sin clases presenciales, la inquietud se centra no en cómo se van a afrontar los exámenes sino si estos van a llegar a su hora.
Y la respuesta es que no. La Consejería de Educación va a publicar en un breve plazo de tiempo unas instrucciones para finalizar el curso con bastantes novedades. La principal, que los estudiantes no afrontarán dos convocatorias (habitualmente en junio y septiembre) sino que sólo afrontarán una, la otoñal. Sin embargo, el director de la Escuela Oficial de Idiomas 'El fuero de Logroño', hace un llamamiento a la tranquilidad. «No va a correr convocatoria Si para aprobar un nivel hay un máximo de cuatro años, éste no contará», adelanta Míchel Casals. Y, lo segundo, el modo de evaluar. «Será muy diferente. Les hemos quitado dos meses, una convocatoria y vamos a evaluar de manera justa y pensando en el alumno. No vamos a regalar nada ni desprestigiar los títulos. Pero sí que vamos a tener en cuenta las circunstancias en las sumas y restas de destrezas», incide Casals.
Existe una gran diferencia entre lo que va a suceder en los denominados 'cursos primeros' (A.1, B.1.1, B.2.1 y C.1), que no conllevan títulos y los segundos, que acarrean un certificado (A.2, B.1.2, B.2.2...), título que puede servir desde para presentarse a una oposición o para solicitar una beca o un Erasmus. «En los 'primeros' se va a utilizar la evaluación continua del curso», analiza Casals, aunque reconoce que «los absentistas o aquellos que no aprueben la evaluación continua tendrán derecho a su examen, preferiblemente a finales de junio, aunque no es descartable que sea en septiembre»,
Mientras, los exámenes que conlleven certificados se realizarán en septiembre, presencialmente («no tenemos capacidad de examinar telemáticamente», reconoce Casals) y cumpliendo con todos los requisitos sanitarios.
Pero, de momento, a los alumnos de las Escuelas Oficiales de idiomas les toca seguir estudiando. Por ejemplo, en Logroño, se han prolongado las clases, cuyo fin estaba previsto para el 14 de mayo. «Seguiremos durante todo el mes de mayo y la primera semana de junio. Si paramos es para cuidar exámenes; si no hay, nuestro trabajo es enseñar», recalca.
El COVID-19, entre todos sus aspectos negativos, ha abierto una nueva vía de futuro para las enseñanzas de idiomas: el modelo semipresencial. «Tiene grandes posibilidades, con menos horas de clase y ofreciendo recursos telemáticos que resultan muy provechosos para el alumno, especialmente a la hora de la gramática o de ejercicios escritos», concluye Casals.
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