Las academias, de esenciales a prescindibles

Un mes con las puertas cerradas. Lo mismo que el resto de centros formativos repartidos por toda la región. Da igual si imparten pintura, danza, kárate, matemáticas, preparan oposiciones o se dedican a formar a trabajadores y desempleados. Todos forman parte de la denominada 'educación no reglada', que en una semana ha pasado de ser un servicio escencial a prescindible. De esquivar el cerrojazo de las 17 horas al cierre absoluto durante (de momento) 30 días.

Eso es lo que más le sorprende a Juan Nuñez, de iSchool, la escuela de robótica y programación para niños ubicada en la calle Club Deportivo de Logroño. «Menos de una semana después, ni se nos menciona entre los esenciales», lamenta asumiendo que «es un palo bastante duro» cuando todos los centros «tienen aforos reducidos, respetan la distancia de seguridad, cuentan con materiales individuales... Se nos ha ignorado por completo».

Esa sensación es compartida por el grueso de las academias que acusan de falta de comunicación al Ejecutivo regional, al que recuerdan que no existe constancia de que su actividad esté vinculada a un aumento de casos. La Plataforma de Academias de La Rioja, que integra a 30 centros, engloba a más de 300 empleados, y sostiene que las pérdidas acumuladas por el sector alcanza el 75% en relación al curso anterior, puso sobre la mesa la paradoja: «Resulta incomprensible que la actividad educativa reglada en colegios pueda continuar mientras se prohíbe la de las academias» en donde todo es más familiar.

María Eugenia Elsina (Academia EMIL) recuerda que la situación de las academias este curso es más que compleja después de que «muchos alumnos no hayan vuelto» tras el estallido de la pandemia y que otra parte no menor de ellos estudie de forma virtual. «Hay cosas que no se pueden enseñar de esa manera. Una cosa son los de oposiciones, que lo llevan bastante bien, y otra los niños pequeños a los que enseñamos a leer, a sumar, a restar.... El retraso que muchos van a tener es supino», lamenta recordando que el cierre de 15 días del marzo pasado acabó durando meses, una incertidumbre que ahora también está sobre la mesa.

«No lo esperábamos», se sincera también Ana Cielo Estefanía, presidenta de la Asociación de Centros de Formación de La Rioja (ACEFOR-CECAP), integrada en la FER, y responsable del Centro de Formación San Millán de Logroño. Confiaba en que este jueves Educación reculara en el caso de los centros que, como el suyo, imparten formación para el empleo. Finalmente no hubo cambio de criterio. «Hay programas abiertos y el lunes teníamos que empezar un curso», explica incidiendo en que los programas exigen presencialidad y están sometidos a un calendario estricto. Educación informó este jueves de que estos cursos sí se podrán impartir de manera virtual y que se flexibilizarán plazos.

De su mano, la educación riojana comienza este viernes a virtualizarse.