Explosivos hallados en la furgoneta en que viajaba Gorka Vidal, en 2004 ABC

De Córdoba a Logroño: el último viaje de un etarra de la «caravana de la muerte»

El Gobierno de Pedro Sánchez autoriza el acercamiento desde Alcolea de Gorka Vidal, detenido en 2004 con media tonelada de explosivos

R. Verdú

Lunes, 27 de julio 2020, 08:56

Durante una fría madrugada de invierno de 2004, todos los habitantes del pequeño pueblo de Cañaveras (Cuenca, menos de 300 habitantes en la actualidad) se refugiaron en el colegio local al abrigo de la calefacción por orden de la Guardia Civil. Unas horas antes, los ... agentes se acercaron a una furgoneta sospechosa detenida en la plaza de la villa. Al volante se hallaba Gorka Vidal, por entonces un joven vasco de 25 años, quien no dudó en delatarse ante los números de la Benemérita. «Soy de ETA... ¡Llevo una bomba ahí dentro!», cuentan las crónicas periodísticas que les dijo.

Publicidad

Según explica ABC, lo que había en la furgoneta dejó pasmados a los agentes: más de media tonelada de explosivos, principalmente cloratita de fabricación casera (506 kilos) pero también algo de dinamita (30 kilos de la marca francesa Titadyn, muy utilizada por ETA). No es, hasta la fecha, la mayor incautación de explosivos a la banda terrorista, pero sí había suficiente para provocar varios atentados. Para hacerse una idea, en el sangriento ataque contra el Hipercor de Barcelona de 1987, donde murieron 21 personas y resultaron heridas otras 45, ETA empleó 30 kilos de amonal, un explosivo de menor potencia.

En la operación fue detenido otro etarra, Izkur Badillo, que viajaba por delante de Vidal en un vehículo diferente -y que terminó sufriendo un accidente-. Que la banda criminal formara un convoy con semejante cantidad de explosivos dio pie al término que el que la prensa lo bautizó: «La caravana de la muerte». En el juicio aseguraron que querían atentar contra algún polígono industrial de Madrid, aunque lo intentaron también sin éxito en una estación de esquí del norte.

Los etarras Beñat Barrondo, Izkur Badillo y Gorka Vidal (d-i), en el juicio de 2007 por su pertenencia a ETA Efe

Aquel siniestro viaje tuvo lugar once días antes de los atentados del 11-M. ¿Tuvieron algo que ver los etarras con el ataque islamista? Los terroristas se burlaron de las preguntas al respecto de los abogados en el juicio del 11-M, como muestran las imágenes. Entraron riendo a la sala.

Gorka Vidal dio con sus huesos en la cárcel de Córdoba, donde ha pasado buena parte de sus 20 años de condena por colaboración con banda armada, tenencia de armas y estragos, según explica ABC. Ahora el Gobierno ha decidido alejar al etarra de las tierras cordobesas, o más bien acercarlo a su hogar. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha informado esta misma semana de que trasladará al etarra a la prisión de Logroño, junto con otros dos acercamientos más hasta sumar medio centenar desde que Pedro Sánchez está en el poder.

Publicidad

Vidal cumplió las dos terceras partes de su condena en la cárcel de Alcolea el año pasado. Eso, unido a su participación en las actividades programadas del centro y su reconocimiento de las normas carcelarias, le ha permitido al etarra acceder al segundo grado penitenciario y conseguir el traslado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad