«El corazón se me salía del pecho»

– ¿Cómo aprendiste a jugar a SuperTmatik?

– A principios de este curso, nuestra profesora Olga nos habló de este juego y de que había un concurso internacional en el que era voluntario participar. Al cabo de un par de meses, nos instalamos la aplicación en las tablets del colegio y aprendimos la mecánica del juego, yo vi que me gustaba y que se me daba bien y, a partir de ahí, empecé a practicar más.

– ¿En qué consiste el juego?

– Hay tres modos de juego: contra un robot, contra un humano y contrarreloj, que es lo que más jugamos nosotros, que consiste en acertar el mayor número de respuestas en el menor tiempo posible. Si fallas, se te suman segundos. En ese tiempo hay que resolver operaciones matemáticas como sumas, restas, multiplicaciones, divisiones y combinadas.

– ¿Y cómo fue el día de la final?

– La jugamos 'on line' desde la biblioteca del colegio. Había tres intentos y el primero y el segundo los hice para ver cómo era la mecánica del juego, cuántos segundos te sumaban si fallabas. Me lo jugué todo al tercer intento y ahí el corazón se me salía del pecho, sobre todo cuando estaba en el final, porque tenía miedo de fallar. Fallé una, pero aun así quedé primero.

– ¿Hay mucho trabajo detrás de ese primer puesto?

– Sí, nosotros entrenábamos en el colegio, a veces en algún recreo, pero sobre todo, donde más trabajo hacíamos era en nuestras casas.

– ¿Cuál es tu asignatura favorita del colegio?

– Matemáticas, claro (ríe).

– Y cuando no estás entrenando el cálculo mental, ¿qué haces en tu tiempo libre?

– Me gusta jugar al FIFA y jugar al fútbol con mi padre.

– ¿El año que viene tienes previsto volver a presentarte al concurso?

– No va a poder ser porque por cuestiones de trabajo de mi padre me cambió de colegio y en el nuevo no utilizan tablets, así que no podré volver a participar.

Pero si con 12 años Pablo ha conseguido ganar a más de 52.000 chavales usando solo su privilegiada cabeza, seguro que esto solo será una piedrecita en el camino.