Una copia de la tela con la que se amortajó a Jesús

En 1790 los hermanos Juan Antonio y José Eugenio Irusta, sacerdotes nacidos en Laguna de Cameros, donaron a su pueblo una de las únicas 52 réplicas oficiales que existen de la Sábana Santa. Como indica una inscripción en la caja en la que se guarda, es «un retrato verdadero de la Sábana Santa en que fue envuelto el cuerpo santísimo de nuestro redentor Jesucristo, copiado del original, que existe y se venera en Turín».

Aunque originalmente se donó a la ermita de Santo Domingo de Silos, con la condición de que se expusiera desde Jueves Santo al sábado, el párroco del Camero Viejo, Antonio Arnedo, la exhibe en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Laguna durante toda la Semana Santa. «Aquí la gente le tiene bastante devoción, es una exaltación de la fe sobre que Jesús existió», explica Antonio Arnedo.

La réplica es a tamaño real, lo que permite apreciar que la persona amortajada con ella era alta. Hay otras réplicas en Logroño y Navarrete, pero la de Laguna es la mejor conservada. Un estudio de los investigadores del Centro Español de Sindología reveló que, aunque donada al pueblo en 1790, la réplica es anterior, de mediados del siglo XVII. Además de copiar algunos desperfectos de la original, que se supone tendría más de dos milenios, como los provocados por incendios en Turín, la Sábana Santa laguchina tiene la particularidad de que en algún momento fue cortada y cosida de manera que, en lugar de una forma vertical de más de cuatro metros, es cuadrada, contraponiéndose las imágenes anterior y posterior.

«Es tan réplica que están copiados hasta los daños, aunque también tiene un agujero propio, así que le pongo una tela por debajo para que se note menos», confiesa Antonio Arnedo. La pieza es un atractivo del patrimonio religioso regional, si no internacional, pero no es muy conocida, como admite el párroco. «Vienen a verla, pero no tanto. El único que la promociona es el cura...», advierte, refiriéndose a sí mismo. «La gente que viene de fuera se asombra de cómo podemos tener en Laguna una de las únicas 52 réplicas que hay de la Sábana Santa. Yo creo que el valor es incalculable», reconoce Antonio Arnedo.

Para cuidarla hay un secreto, además de guardarla en su caja original. «Le meto laurel para la polilla y conservarla mejor», asegura el cura. Aún así, esta joya estuvo perdida un tiempo en la ermita, hasta que un párroco anterior la encontró y, desde entonces, se vuelve a exhibir. En realidad, no es la única réplica de la Sábana Santa que se exhibe en la iglesia de Laguna, hay dos. El propio Antonio Arnedo cuenta con una curiosa colección de pasos de Semana Santa, incluso porta una maqueta estos días en el coche con el que se traslada a ofrecer misa por todo el valle, y, en la exposición, muestra una réplica de la réplica hecha por él mismo.

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