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Sábado, 10 de noviembre 2018, 13:44
El antiguo Convento de La Merced, que alberga la sede del Parlamento riojano y la Biblioteca Pública de La Rioja, es «un pulmón de cara a la convivencia y la vida de Logroño», según ha informado a Efe el arquitecto y coautor de reforma de ... la actual sede parlamentaria, Rafael Alcoceba.
El Parlamento ha acogido este sábado una visita en compañía de ese arquitecto, a la que han asistido unas treinta personas, dentro de la Exposición conmemorativa del 30º Aniversario de la Cámara legislativa en el Convento de La Merced.
Alcoceba ha explicado que se trata de un edificio con «mucha historia» y, en especial, como arquitecto municipal, ha valorado la funcionalidad que confiere a Logroño porque alberga la Biblioteca y el Parlamento regional, donde se genera toda la actividad legislativa en la Comunidad.
En este contexto, ha resaltado la «máxima» importancia de este edificio en la funcionalidad que da a la ciudad, y que ha definido como «un pulmón de cara a la convivencia y la vida de la ciudad».
También ha subrayado que es uno de los edificios «con más valor» que tiene la capital riojana, «no ya por su envergadura arquitectónica, sino por la historia que ha conllevado».
Está ubicado en la zona oeste del Casco Histórico de Logroño y situado junto al único vestigio de la antigua muralla de la ciudad, que es la Puerta del Revellín.
Aunque existen testimonios documentales que podrían avalar la creencia de que la orden de los Mercedarios podría estar asentada en Logroño desde finales del siglo XIII, ha detallado, los testimonios documentales y los elementos arquitectónicos propios son los que confirman que el Convento de la Merced ya ocupaba su ubicación actual en el siglo XVI.
Así, ha relatado que es un edificio que ha pasado por «muchas vicisitudes», como convento de los mercedarios, después hospital, cuartel y fabrica de tabacos.
El convento desempeñó su función como tal hasta el siglo XIX, cuando, durante la Guerrea de la Independencia, se convirtió en cuartel de las tropas francesas.
Tras su retirada en 1813, sus estancias fueron utilizadas por las tropas inglesas como Hospital Militar y, comenzado el trienio liberal, el Gobierno de 1820 determinó que los frailes abandonasen nuevamente el convento, que pasó a convertirse en cuartel del Primer Batallón del Regimiento de Jaén, y poco después, en recinto penitenciario, hasta 1823.
Ocupado nuevamente por los frailes mercedarios, continuó su uso religioso hasta 1835, cuando Mendizábal estableció las disposiciones desamortizadoras que obligaron a los frailes a abandonar definitivamente el edificio y la Iglesia de la Merced.
Entre los años 1847 a 1869 parte del Convento estuvo ocupado por monjas carmelitas, y en 1870 fue convertido en Cuartel de Infantería, uso que se mantuvo hasta 1886, cuando el Ayuntamiento de Logroño, tras la permuta de determinados terrenos con el Ministerio de Guerra, se hizo con el edificio del ex-Convento.
En 1895, el Ayuntamiento lo cedió a la Compañía Arrendataria de Tabacos con el propósito de establecer una fábrica de tabacos en Logroño, que se consiguió gracias a la influencia de Práxedes Mateo Sagasta, presidente del Consejo de Ministros, entre otros.
En julio de 1889 se iniciaron las obras de transformación del ex-convento de la Merced, el cual se encontraba ya muy transformado debido a los usos que había tenido durante el S XIX, ha indicado.
Dichas obras fueron dirigidas por el arquitecto Luis Barrón y la fábrica, que se inauguró en 1890, permanecería en dicha ubicación hasta 1978.
Durante la ocupación del edificio por la Fábrica de tabacos se realizaron diversas obras de adecuación y reforma.
En 1944 sus instalaciones sufrieron un incendio que destruyó la antigua nave de la iglesia, cuya cubierta tuvo que ser sustituida por cerchas metálicas, y sus muros tuvieron que ser revocados y encalados en su planta superior.
Tras el abandono del ex convento por Tabacalera, el edificio revirtió de nuevo al Ayuntamiento.
En 1983, fue declarado Bien de Interés Cultural y el Ayuntamiento decidió que la antigua nave del convento y su claustro sirvan de sede al Parlamento de La Rioja.
Se convocó un concurso de anteproyectos para la nueva sede de la Diputación General de la Rioja, actual Parlamento, que consiguió el primer premio el trabajo presentado por Alcoceba, junto a los también arquitectos Javier García García-Rivas, Julián Torres Castillo y José Miguel León Pablo como arquitecto colaborador.
En 1984 se encargaron las obras de remodelación que concluyeron en 1988, y el 8 de octubre de ese año se inauguró la nueva sede parlamentaria.
Alcoceba ha relatado las dificultades que el equipo tuvo que superar para desarrollar la rehabilitación del edificio y cómo este trabajo supuso un nuevo tiempo para la arquitectura de la época.
También ha resaltado la influencia que tuvo el inmueble en la rehabilitación posterior del Casco Antiguo de Logroño.
Ha precisado que, en muchas comunidades, se ha llegado a rehabilitar edificios con cierta singularidad histórica y es algo que tiene una raigambre histórica de «muchísimos años».
En la mayoría de los casos, ha indicado, «se han producido rehabilitaciones de edificios en zonas muy singulares, como es el caso, entre otras comunidades, de-Andalucía, Castilla o Aragón, en los que el propio espacio y el continente que albergan permite, »perfectamente, desarrollar la funcionalidad de un parlamento«.
También ha resaltado el valor patrimonial que tiene España, en lo referente a edificios históricos, y las dificultades económicas, muchas veces, para atender toda la rehabilitación que conllevan.
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