Dos de cada tres contratos firmados en la hostelería riojana no duran ni una semana

En La Rioja, la hostelería -hoteles incluidos- suma más de 2.000 autónomos que, en su conjunto, generan unos 7.000 puestos de trabajo por cuenta ajena a lo largo del año -algo menos en invierno y algo más en verano-. Gran parte de esos 7.000 puestos se cubren sistemáticamente con contratos temporales. A nivel nacional, en torno al 40% de la plantilla hostelera es temporal. Extrapolado al caso riojano, significaría que este sector tiene unos 4.200 trabajadores fijos, y otros 2.800 temporales, que generan una auténtica avalancha de contratos año tras año.

Según los datos oficiales de la Seguridad Social, en el 2017 los hosteleros riojanos firmaron un total de 29.948 contratos laborales, y el 92% de ellos fueron temporales. Solo 2.395 fueron contratos fijos. El resto, la friolera de 27.553, fueron contratos temporales. Y la inmensa mayoría no se extendían más de una semana. Exactamente se firmaron 18.591 contratos de una duración no superior a siete días.

El dato evidencia la altísima rotación que se da en el empleo de este sector. Ocurre de forma generalizada en toda España. De hecho, La Rioja no se cuenta entre las regiones con mayores tasas de temporalidad en la contratación. Andalucía despunta: en esa región, el 96% de los contratos laborales de la hostelería son temporales, cuatro puntos más que en La Rioja. En el extremo opuesto se encuentra la Comunidad de Madrid (con un 83%).

Además, es un sector en el que abundan los empleos a jornada parcial. Según la última EPA, algo más del 30% de los empleos en bares, restaurantes y similares son trabajos a jornada parcial.

Desde las organizaciones empresariales justifican la altísima rotación laboral por las singularidades de esta actividad económica, que está muy condicionada por la temporalidad. «Hay una gran estacionalidad en tres campos fundamentales de nuestra actividad: las temporadas turísticas, la época de los banquetes y celebraciones, y el calendario académico en el caso de los comedores escolares», explica el secretario general de la Federación Española de Hostelería y Restauración, Emilio Gallego. Subraya que la temporalidad en la contratación y la corta duración de la mayoría de esos contratos es algo que le viene impuesto al empresario por las características de esta actividad, no porque les salga económicamente ventajoso. De hecho, la normativa española impone un recargo en las cotizaciones a la Seguridad Social para aquellos contratos de menos de siete días de duración.

Emilio Gallego destaca que es un sector que está creando mucho empleo en España, que registra una «baja conflictividad laboral» y que está muy controlado por la Inspección de Trabajo, «con alrededor de 600.000 inspecciones al año, de lo que resulta que se da una media de dos inspecciones anuales por establecimiento».

Desde los sindicatos, sin embargo, se muestran más críticos. El responsable nacional de Hostelería y Turismo de UGT, César Galiano, considera que se está abusando de la contratación temporal en este sector y que eso, además de perjudicar a los trabajadores por la precariedad que conlleva, está reduciendo también la calidad del servicio: «Cada vez hay profesionales peor cualificados en la hostelería porque, al no tener continuidad en el empleo, no tienen posibilidad de formarse», indica Galiano.

La temporalidad, evidentemente, no solo afecta al sector de la hostelería. Según última EPA, relativa al segundo semestre del año, en la agricultura llega al 59%; y en la construcción, al 40%.