Consumidores de carros vacíos

En total, según señala la Agencia Efe, más de 300 organizaciones se han adherido a la convocatoria, así como al manifiesto publicado el pasado mes de julio «en defensa del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo».

El paro está enmarcado en las movilizaciones por el clima y en la denominada «semana de acción» planteada por la organización 'Fridays For Future' durante toda esa semana. El objetivo, exigir a los gobiernos de todo el planeta «medidas efectivas ante la emergencia climática», que califican como «el mayor reto al que se enfrenta la humanidad».

En realidad, una huelga de consumo es a la vez lo más fácil y lo más difícil de hacer. No exige más compromiso que el personal, y se trata de algo absolutamente privado, sin consecuencias para quien lo hace. Pero por otra parte, exige un nivel de compromiso muy poco usual, y su nivel de cumplimiento es casi imposible de cuantificar.

En todo caso, el valor de estas convocatorias es sobre todo intentar convencer poco a poco a los consumidores de que el poder, en esto, está en sus manos. Sólo un cambio de los hábitos de consumo y desperdicio de los consumidores puede provocar un cambio en los sistemas de producción, y facilitar así una transición ecológica

Varias asociaciones conservacionistas como Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra, entre otras entidades, recordaron hace unos días en un comunicado conjunto los «numerosos gestos de apoyo» a la convocatoria del día 27 por parte de «distintos actores sociales, de la comunidad científica y de la artística» para apoyar una transición ecológica «urgente y justa».

La semana de acción incluirá iniciativas de protesta como manifestaciones, huelgas estudiantiles y de consumo o concentraciones en centros de trabajo.

Han pedido «a toda la sociedad» -incluyendo actores sociales, ambientales, sindicales, etc., además de la ciudadanía en general- que se una a estas movilizaciones, así como a las concentraciones simbólicas para el día 27, entre las 11.00 y las 12.00.

Estas concentraciones durarán 4 minutos y 15 segundos para llamar la atención sobre «la gran señal de alarma» que supuso alcanzar el pasado mes de abril una concentración de partículas de dióxido de carbono en la atmósfera de 415 ppm (partes por millón).