El Consultivo avala indemnizar a los padres de un joven que se suicidó en Psiquiatría en Logroño

El joven, según recoge el pormenorizado documento del órgano de consulta, se quitó la vida en el baño de la habitación de la planta de Psiquiatría. Se encontraba allí para que estuviera las 24 horas vigilado ante los reiterados y continuos intentos autolíticos que había protagonizado meses atrás.

La habitación del paciente se encontraba continuamente en grabación debido al alto riesgo de suicidio que existía, pese a ello «durante una hora aproximadamente nadie se dio cuenta de que se había quitado la vida» en el baño, la única estancia en la que no había cámaras por cuestiones de intimidad y respeto a la persona.

En este caso, y frente a lo que afirma la propuesta de resolución que planteó la Consejería de Salud y la dirección general de los Servicios Jurídicos, para el Consejo Consultivo «no cabe duda de la existencia de un fallo» en la aplicación de protocolo de prevención de suicidios. Un protocolo que era de obligatoria aplicación a un paciente calificado por el propio servicio sanitario como de alto riesgo y que «propició la oportunidad al joven de perpetrar la terrible acción que consiguió culminar con éxito y que acabó con el resultado deseado por el mismo, el de su propia muerte».

Al parecer, el joven, el día de los hechos, presentaba una aparente mejoría en su estado de ánimo, pero esto, a juicio del consejo, no puede servir de excusa para que por causa del cambio de turno se produjera una hora sin vigilancia, «incumpliendo de forma evidente» un protocolo que incluye medidas que exigen una observación metódica cada diez o quince minutos, con anotación en los formularios de registro o historia clínica. «No parece que en estas condiciones pueda calificarse como un suceso imprevisible o inevitable el hecho de que, disponiendo de la oportunidad y el tiempo suficiente durante el cambio de guardia, el paciente intentara y tuviera tiempo de culminar con éxito su suicidio».

Por todo ello, consideran que si bien el diagnóstico fue correcto, lo mismo que la valoración del riesgo de suicidio, no se adoptaron todas las medidas para evitar o minimizar ese riesgo.