El tejido empresarial de La Rioja sigue siendo activo a pesar de las incertidumbres que le rodean en los últimos años, sobre todo desde la pandemia. Y se volvió a demostrar el último año, del que acaba de hacer balance el Instituto Nacional de ... Estadística (INE), con la creación de 416 sociedades mercantiles –más de una al día–, lo que supone un repunte del 5,3% en comparación con 2022.
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Sin embargo, el capital invertido para la constitución de estas empresas fue sensiblemente inferior, un 67% menos, ya que de los 56,66 millones de euros de hace dos años se pasó a los 18,49 millones de 2023 –un promedio de poco más de 44.000 euros por nueva sociedad–. Se trata de una de las aportaciones económicas más bajas de la última década en nuestra comunidad y sólo en los ejercicios más duros del covid, tanto 2020 como 2021, la inversión fue menor, 12,33 y 15,52 millones, respectivamente.
«La Rioja evoluciona en términos muy positivos, lo que demuestra el ímpetu emprendedor con más empresas mercantiles creadas y con menos concursos de acreedores –en alusión a que en lo que va de año, hasta agosto, esa cifra de procesos se ha reducido de 22 a 16 en comparación con el periodo enero-agosto de 2023», señalan portavoces autorizados de la Federación de Empresas de La Rioja (FER). Y esta actividad se ha registrado «a pesar de que hemos sufrido una creciente inseguridad jurídica así como cargas impositivas elevadísimas, una burocracia general en las Administraciones que es inasumible o una incertidumbre internacional y en el comercio exterior por las guerras comerciales y los conflictos bélicos».
Por su parte, el presidente del Colegio de Economistas, Ernesto Gómez Tarragona, considera que en el desplome de las aportaciones económicas ha podido tener que ver con «que, supongo, no hay ya balances que limpiar por pérdidas de atrás», sobre todo después de la pandemia santiaria, «y en los proyectos nuevos hay pocas inversiones nuevas».
Este incremento en la creación de empresas también se ha visto acompañado durante 2023 por un aumento en la disolución de sociedades, el más alto desde el año 2013, aunque siempre en cifras no demasiado representativas. Han desaparecido 201 compañías –desde hace una década no se superaba la cifra de dos centenares–, de las que 162 han sido de manera voluntaria y otras 14 por fusión. «Es posible mejorar las condiciones en las que se constituyen estas compañías si se genera mayor confianza, estabilidad y calidad en las normas jurídicas», pero también añaden en la patronal FER la necesidad de tener «menos impuestos y más incentivos a la creación de empresas», sobre todo para jóvenes y autónomos.
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El saldo de creación de empresas sigue siendo positivo –215 más aperturas que cierres– pero para seguir esa senda y hacer más atractiva La Rioja hay deberes por hacer. La organización empresarial tiene claras las prioridades: mejorar las infraestructuras de comunicación, aumentar la productivad y competitividad, captar y retener el talento, aumentar la inversión en investigación e innovación, acercar el conocimiento de los centros formativos y la universidad a la realidad empresarial y sus sectores y bajar impuestos.
La proyección hasta el men de agosto apunta a un año 2024 muy similar a 2023, al menos desde el punto de vista de la creación y la disolución de sociedades mercantiles en nuestra región. El verano ha permitido al tejido empresarial recuperar el pulso tras un primer semestre en el que La Rioja estaba perdiendo el dinamismo, de manera preocupante hasta cierto punto. Porque se habían constituido 57 firmas menos este ejercicio que en el periodo enero-junio del anterior.
Pero llegaron julio y agosto y afloraron nuevas compañías. El último estudio de demografía empresarial elaborado por Informa D&B, que ofrece datos hasta el mes pasado, contabiliza por el momento 297 nuevas empresas, repitiendo prácticamente el dato de 2023 –se crearon 298–, mientras que en el capítulo de disoluciones también hay empate técnico: 131 este año y 133 el pasado.
Los sectores que están tirando de la creación son la construcción y las actividades inmobiliarias –66 empresas constituidas en lo que va de año–, el comercio (54) y la hostelería (48), seguido de los servicios empresariales (28) o la industria (26). El presidente del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez Tarragona, incide en que «habría que mejorar en materia industrial, porque tienden a ser negocios más estables».
El auge de nuevas sociedades mercantiles en el sector de la construcción «puede que tenga que ver con promociones de vivienda nueva y que se haya podido crear una empresa por cada promoción», argumenta el decano de los economistas.
Y en cuanto al capital, por el momento las inversiones están duplicando, prácticamente, a las registradas el año pasado por estas fechas, cuando se alcanzaban los 14,38 millones de euros mientras que ahora la cifra se eleva a los 27,94 millones. Las disoluciones de empresas en La Rioja, por su parte, llegan a 131 hasta agosto y en 2023 se contabilizaban dos más. Entre comercio, construcción, junto a actividades inmobiliarias, e industria suman el 55% de las mercantiles destruidas en la comunidad.
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