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VIERNES | ROMERO
Hace unos meses pasó por aquí un insigne escritor con el que me tocó, por cosas de la buena suerte, compartir mesa. En la conversación salió el tema de la consejería que detenta Podemos. Le conté lo mejor que supe el asunto. A él, persona ... informada, le sonaba aquel lío de la zorra y el pozo, cuando la diputada riojana medio insultó a la presidenta a la que se negaba a investir. Pero cuando aquello pasó y la prensa nacional volvió a tratar a La Rioja como suele (o sea, a no tratarla) se olvidó.
Así que me tocó contarle lo demás. O sea, que la Consejería que consiguió Romero tras tanto trajín tiene cero peso político, cero responsabilidad y un presupuesto ridículo. Que en realidad a estas alturas Romero no representaba a Podemos, porque no tenía nada que ver con el partido ni en Logroño ni en Madrid. Que se había rodeado de una corte de manchegos y algún riojano despistao, tan cerrados en sí mismos que con la Consejería de Transparencia no hay periodista que consiga hablar. Y que, una vez elevada al puesto, se había vuelto mansa para su jefa, que no tenía consejero más fiel ni menos discutidor.
Se preguntaba él que cómo estas cosas no se conocían fuera de aquí. La respuesta: porque aquí importamos lo mismo que un refugiado sirio en plena guerra de Ucrania. Poquín.
Me hubiera gustado poder contarle lo (pen)último de este folletín. Que cuando la consejera se hizo con el sueldo de consejera pasó del código ético de su formación, que exige donar todo lo que pasase de 2.100 euros (más o menos). Y les aseguro que su salario pasa de eso un rato. Pero ni ella ni nadie de su grupete lo hizo. Y el viernes se supo que Podemos la ha echado, o está en ello.
O sea. Que tenemos una consejera que no pertenece a ningún partido, que renunció desde el principio a ninguna influencia política, pero que a lo que no renunció es a lo que prometió hacerlo, es decir, a la pasta. Y para tener eso, se ha vuelto el ojito izquierdo de la presidenta. Todo eso lo justifica sentándose en su banco de diputada una vez al mes o así, no levantando la mirada ni cuando le preguntan, votando religiosamente lo mismo que su presidenta (aunque sea en contra de su propio Grupo Mixto) y dando una rueda de prensa cada seis meses.
En fin, no sé si flipar más con eso o con la reacción del viernes. La no reacción, digo. Que al gobierno le parezca guay me lo esperaba. Que el PP ni reaccionara... en fin, están a lo suyo, dejando pasar los trenes.
Pero ya que ni siquiera desde Podemos La Rioja se dignaran a pedir que termine este dislate político es de aurora boreal. Lo mínimo hubiera sido un comunicado pidiendo a Romero que abandone el escaño. Quizá desde lo poco que queda de Podemos en esta tierra no se den cuenta de lo evidente: que Romero lleva tanto tiempo cavando la tumba de los morados riojanos que ya casi ni ve el cielo cuando mira hacia arriba, de lo hondo que es el agujero.
En fin. Falta un año para que Romero abandone el gobierno y la política, pero mientras los riojanos seguiremos pagando a escote esta Consejería que se llama con nombres guays, pero que en realidad sólo es una cosa: la Consejería De Que Andreu Gobierne.
JUEVES | UCRANIA
Lo que estamos viendo en estas semanas en La Rioja es una de esas cosas que pasan muy de vez en cuando. A la mayoría de los riojanos eso de Ucrania les sonaba más bien poco. A algún partido de fútbol y poco más. Y de repente, hay quien manda autobuses de medicinas y se trae refugiados, hay quien se recorre Europa en un Citroen para traer a la sobrina de un compi, hay cientos de familias ofrecidas, hay de todo y por todas partes.
Lo malo de todo esto es el descontrol: hay prisa por ayudar, y no nos apetece esperar a lo de siempre. Que básicamente supondría tener a los ucranianos en campos en Polonia hasta que los países de la UE se los repartieran en cuotas y hasta que, después, las comunidades se repartieran a la vez sus cuotas de la cuota española.
Entiendo perfectamente las peticiones de las autoridades riojanas de que toda la ayuda se canalice y de que toda la llegada de refugiados se gestione a través de las instituciones. Pero la impresión que dan es de haber quedado ampliamente sobrepasadas por una respuesta que hubieran debido liderar, pero que ahora solo parecen querer frenar. Aunque tarde.
VIERNES | CAMIONES
Y en medio de la guerra, el crecimiento de los precios de la energía y de todo lo que se vende en algún supermercado, un grupo de camioneros ha decidido que lo mejor que puede hacer es parar el país. En fin. No seré yo quien diga nada contra el derecho a la huelga: es uno de los más sacrosantos en un régimen democrático. Pero no entiendo muy bien esta, porque no sé muy bien qué quieren, ni cómo pretenden conseguirlo.
Espero que aquellos portavoces de esto que he oído por ahí defendiendo a Putin sólo sean chalados que no representan al resto. A los demás les asiste el derecho, pero les obliga también la cordura.
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