Los condenados por el asesinato de Isam no podrán optar al tercer grado hasta cumplir la mitad de la condena

Tras leerse el veredicto del jurado, la Fiscalía y el abogado de la familia solicitaron que los beneficios penitenciarios no se aplicasen hasta que los imputados hubieran cumplido la mitad de la condena (es decir, al menos tras haber estado entre 5 años y 3 meses y 5 años y 8 meses en el centro penitenciario) de acuerdo al artículo 36.2 del Código Penal: «Cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años, el juez o tribunal podrá ordenar que la clasificación del condenado en el tercer grado de tratamiento penitenciario no se efectúe hasta el cumplimiento de la mitad de la pena impuesta», siempre que los delitos no sean por terrorismo, abuso de menores o pertenencia a grupo criminal, por ejemplo. Mientras, las defensas abogaban por que estos pudiesen acceder al tercer grado después de haber superado un tercio de la pena, que es el momento mínimo decretado por la ley.

Tras evaluar las peticiones y después de tener en cuenta la gravedad de los hechos cometidos, así como la concatenación de delitos (además de la paliza que a la postre resultó mortal, los acusados, en compañía de dos menores que entonces estaban tuteladas por el Gobierno de La Rioja, robaron parte de las pertenencias de Isam Haddour) y la satisfacción moral hacia la familia de la víctima, la Audiencia Provincial ha decretado el endurecimiento del acceso a los beneficios penitenciarios.

El de Isam Haddour fue un asesinato que conmocionó a Logroño y Oyón el 6 de abril de 2021. Esa fatídica noche, con toque de queda, el repartidor vecino de Oyón, de 34 años, había tomado algo con unos amigos y volvía a la localidad alavesa en su bicicleta de montaña. Cuando atravesaba el parque del Ebro, se topó con los cuatro jóvenes y las dos menores que le pidieron un cigarro. Tras un intercambio de frases, el grupo comenzó a golpearle de manera brutal. Incluso cuando estaba tendido e incapaz de responder a la agresión, continuaron los puñetazos y patadas.

La violencia de la paliza dejó a Isam inconsciente. Los acusados le robaron el teléfono, sus pertenencias y hasta su cazadora, dejándole a la intemperie sin abrigo, lo que agravó su ya de por sí crítico estado, durante una noche en la que el toque de queda estaba vigente. Así que solo fue a las 7.30 horas del día siguiente cuando un paseante con su perro se topó con el cuerpo agonizante de Isam, que fue trasladado de urgencia al Hospital San Pedro. Pese a los intentos de reanimación, que se sucedieron durante horas, los golpes y la hipotermia acabaron con la vida de Isam Haddour.

Durante el juicio, celebrado ante un jurado popular, los cuatro principales acusados reconocieron los hechos y llegaron a un acuerdo para rebajar las penas de 25 años que inicialmente solicitaba la Fiscalía hasta los diez años y medio a Michael G. y once y medio para los otros tres imputados.