Cuando la concienciación desaparece

La obligatoriedad del uso de la mascarilla choca con una realidad totalmente diferente, con su incumplimiento. Basta con salir a la calle para dar un paseo y comprobar las primeras discrepancias, donde la concienciación y la importancia de las medidas de seguridad no afectan a todos por igual. En concreto, entre los más jóvenes, el colectivo más señalado por el incumplimiento de las normas. «El otro día me encontré con un grupo de quince chicos en el que la gran mayoría no llevaba mascarilla», asegura Leire Paredero, una joven graduada en Magisterio. «En el parque del Ebro hay gente bebiendo y sin mascarilla», añade Sandra Arnaiz, estudiante de Jesuitas.

El problema está en que, tras casi tres meses de confinamiento, las generaciones más tempranas muestran una menor preocupación sobre el impacto de la pandemia. «Creo que a la gente se le ha pasado muy rápido la responsabilidad y la concienciación sobre el coronavirus. Los jóvenes se piensan que esto ya ha pasado, que no van a contraer la enfermedad o que no van a contagiar a sus padres o familiares», asegura Mónica Rodríguez, graduada en Criminología. «Piensan que no les va a pasar nada, que son inmunes», reafirma Ana Lázaro, también estudiante de Jesuitas. A lo que su compañera de colegio, Sandra Arnaiz, contesta: «Creen que la crisis sanitaria es menos grave de lo que es. No son conscientes de que también pueden contraer el virus y, por tanto, pueden contagiar a sus abuelos».

Pero la responsabilidad también depende del momento del día, siendo las horas diurnas la franja en la que el cumplimiento de las normas sanitarias es muy alto, mientras que en el ocio nocturno es muy inferior, con una falta de concienciación ciudadana que aumenta según transcurre la noche. «La gente cuando sale de fiesta y se toma un par de cubatas deja de pensar en la distancia social y en la obligatoriedad del uso de las mascarillas», asegura Mónica. «En las terrazas y en los establecimientos nocturnos es donde más se incumplen las normas, porque nadie respeta la distancia», recalca Sara González, graduada en Estudios Ingleses.

Pero también los hay quienes salen por la noche, se encuentran inmersos en aglomeraciones e intentan salir de ellas. «Tuvimos que irnos donde los baños de la discoteca porque había mucha gente. Fue ir a por una consumición y tener a alguien al lado esperando en la barra y sin mascarilla», lamenta Ana.

Sin embargo, no todos están en el mismo saco. Los hay quienes son jóvenes y cumplen con las medidas de seguridad a rajatabla. «Siempre guardo las distancias y llevo mascarilla a todas partes», afirma Sara.

«Se da por hecho que somos los más irresponsables. Claro que hay gente que piensa que el tema no va con ellos, pero esta vez los más afectados somos nosotros», expone Marta González, dependienta de Aristocrazy. «Todos tenemos que ser responsables. Aquí no importa la edad, sino estar unidos en la lucha contra el virus», concluye.