El escaso número de licenciadas en carreras técnicas fue uno de los problemas con los que Juan Adanero se enfrentó cuando el Gobierno riojano le encargó en los 80 crear la empresa informática Saycar, pionera en su momento hasta su cierre definitivo a finales del ... 2000.
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– Apostó por una plantilla con presencia femenina, pero no le resultó fácil.
– De por sí ya era complicado contratar hombres porque tampoco había muchos, así que mujeres resultó ser mucho más complicado. Sobre todo en Logroño. En la Escuela de Madrid, la única en funcionamiento, había dos o tres alumnas frente a 2.000 chicos.
– ¿Y cómo lo solventó?
– Recurrí a compañeras de ascendencia riojana que habían trabajado conmigo en Bilbao en Arthur Andersen. La primera en llegar fue Teresa Angulo, luego Rosa Magaña, ambas con una magnífica formación en Ingeniería.
– ¿Porqué hay tan pocas mujeres?
– Creo que han optado por otras disciplinas más del área de servicios como medicina, educación... - Es una pena, mi experiencia me dice que son muy operativas a la hora de encontrar soluciones a las necesidades que se iban creando y muy creativas.
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