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Si el debate se centra exclusivamente en los cuidados paliativos, el personal sanitario de La Rioja lo tiene claro: todas las personas deberían tener acceso ... a la asistencia sanitaria necesaria para una muerte sin dolor y ajena a cualquier encarnizamiento terapéutico que pretenda alargar la existencia más allá de la dignidad. Pero superada la obviedad, y al margen de posturas individuales, las consideraciones que sobre la ley de la eutanasia aportan los colegios oficiales de Médicos y de Enfermería de La Rioja son antagónicas. Los primeros, en boca de su presidenta, Inmaculada Martínez, rechazan tajantemente la oportunidad y la necesidad de la Ley, mientras que los segundos sostienen no sólo que cada persona debe poder escoger cómo y cuándo morir, sino que defienden que es mejor el fallecimiento a la imposibilidad de disfrutar de una buena calidad de vida.
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Desde el Colegio Oficial de Médicos, su presidenta critica tanto el fondo como las formas de la nueva legislación. «Siendo una norma que aborda la profesión médica, no se nos ha dado ninguna capacidad de posicionamiento», lamenta antes de defender que la Ley que acaba de ver la luz choca de lleno no sólo con el código deontológico médico sino con «los posicionamientos de toda la sociedad médica mundial». Esa posición, en todo caso, no es homogénea. Lo demuestran las encuestas realizadas en el 2018 y el 2019 en los colegios de Vizcaya, Madrid, Tarragona y Las Palmas, según las cuales, el 67% de los encuestados estaba convencido de que había que regular la eutanasia junto a otro 13% que, apuntando tener dudas al respecto, era favorable a dar el paso.
Apoyo mayoritario
Precisamente un estudio realizado en abril del 2019 fundamenta la opinión del Colegio de Enfermería de La Rioja. «El 88% de los entrevistados pensaba que cada persona puede escoger cómo y cuándo debe morir, y el 84% sostenía que es mejor el fallecimiento a no tener una buena calidad de vida», explica Pedro Vidal, presidente del colectivo, que también recuerda que la práctica totalidad de la enfermería riojana defiende el acceso a la asistencia sanitaria para una muerte sin dolor.
«Más garantista»
Esa necesidad de unos cuidados paliativos de calidad es prácticamente la única posición compartida por ambos colectivos. De hecho, desde el Colegio de Médicos se muestran «más a favor de una ley general de cuidados y atención al final de la vida que garantice los paliativos. No podemos permitir que la causa por la que una persona solicite terminar con su vida sea por una falta de recursos, porque esté deprimido o por lo que sea». En ese sentido, Inmaculada Martínez reclama «una ley más garantista para la profesión médica y para la población en general».
Esas posiciones encontradas se extienden también a la regulación de la objeción de conciencia que prevé la ley. «Es uno de los pilares y es lo que recoge la ley», dice Pedro Vidal sobre un desarrollo legal que es pobre, en palabras de la presidenta de los médicos riojanos: «No está muy claro, está mal redactado y genera lagunas», alega Martínez argumentando «que la filosofía de la medicina no es matar, sino dar vida y mejorar la calidad de vida. No podemos ejecutar una muerte de manera activa».
Comisión de Control
Un papel fundamental a la hora de ejercer el derecho lo desempeñará la Comisión de Control y Evaluación, que tendrán que crear las comunidades autónomas, y que se encargará de verificar que se cumplen los requisitos marcados por la ley. «No aclara quién será el médico responsable que inicie el trámite, cuál será la competencia del médico en la comisión... Genera muchas dudas», critica Martínez.
Desde el Colegio de Enfermería recuerdan que será fundamental la presencia de enfermeros en ese órgano que deberán impulsar los gobiernos regionales: «Es necesario porque somos los que más tiempo estamos con los pacientes. Atendemos a los crónicos y a los terminales y realizamos el triple de visitas que los médicos, por lo que se nos tendrá que consultar a nosotros, ya que somos los que más contacto tenemos con el paciente», defiende Pedro Vidal.
¿Qué postura tomarán médicos y enfermeras cuando se les presente el primer caso? Según el estudio del Colegio de Enfermería riojano, el colectivo defiende de manera mayoritaria la necesidad de que «por ley» se garantice su derecho a negarse a aplicar la eutanasia a un paciente, si bien seis de cada diez enfermeros no objetaría y acataría la decisión del paciente.
El futuro que trazan desde el Colegio de Médicos de La Rioja también es antagónico: ¿Habrá una masiva objeción de conciencia? «Sí, sí, efectivamente», augura Martínez, que insiste en que ellos se sienten obligados por su código deontológico, que invita a «ayudar a una muerte digna sin encarnizamiento terapéutico. En eso estamos comprometidos, pero no en un suicidio asistido».
Países Bajos. Es el primer país del mundo que legalizó la práctica de la eutanasia, en abril del 2002. Inicialmente la usaron casi 2.000 personas al año. Ahora son unas 7.000.
Bélgica. El Estado vecino despenalizó esta práctica solo unos meses después que Holanda, también en el 2002. Al igual que Países Bajos la permite en menores de edad.
Luxemburgo. El tercer socio del Benelux fue también el tercer Estado del planeta en legalizar la eutanasia.
Colombia. El único país de Latinoamérica que autoriza la ayuda a morir. Lo hizo en el 2014, tras un fallo favorable de la Corte Constitucional.
Canadá. Fue el quinto país en despenalizar la eutanasia. Lo hizo en el 2016, tras reconocer ese derecho su Tribunal Supremo.
Suicidio asistido. Es la ayuda a morir en la que es el propio paciente quien toma el fármaco que le dan los sanitarios. Está despenalizado en Suiza, Alemania y algunos estados de EEUU.
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