El maestro Guillermo Vidán imparte clase a Dioni y Oier, sus dos únicos alumnos en el CRA Valle del Linares de Cornago. JUSTO RODRÍGUEZ

Todo un colegio para dos alumnos en Cornago

Educación ·

El CRA Valle del Linares cuenta con dos únicos estudiantes en el centro escolar del municipio, una «apuesta de futuro» con la que el Gobierno de La Rioja pretende combatir la despoblación en el mundo rural

Diego Marín A.

Logroño

Martes, 23 de mayo 2023, 07:51

Oier y Dioni son compañeros de clase y amigos. No sería extraordinario si no fuera porque son los dos únicos alumnos del CRA Valle del Linares de Cornago. Cuando salen al recreo todo el patio es para ellos, todos los columpios, incluso el frontón ... municipal, están disponibles para ellos. Tanto es así que, cuando juegan a fútbol, para que los 'partidos' tengan algo más de enjundia y emoción, el maestro se presta a hacer de portero, aunque a menudo los muchachos se enredan en duelos de regates imposibles y les tiene que recordar dónde está la portería.

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«He estado en colegios urbanos, de Logroño, con veintitantos alumnos por clase, pero el entorno rural es privilegiado por la forma en que impartes los contenidos y por cómo conectas con los chicos y las familias, que como en este caso son dos, te hace estar muy cercano a ellos», explica Guillermo Vidán, maestro en Cornago que, en realidad, parece ejercer de hermano mayor con Oier y Dani, dos niños de 11 años que prácticamente disponen del centro para ellos solos.

El colegio estuvo a punto de cerrar dos veces por falta de alumnos pero siempre, en el último momento, aparecían nuevos estudiantes que permitían su continuidad. La creación este mismo año de un aula de 0 a 3 años (una guardería) ha posibilitado la incorporación de cinco niños que suponen el futuro de la escuela rural. Oier y Dioni los tratan como a hermanos pequeños. «El curso pasado empezamos con ocho alumnos y al final nos quedamos con dos porque muchas familias se trasladan a otros lugares por trabajo. Abrir el aula de 0 a 3 años para toda la comarca permite que el colegio se mantenga», expone Ana Isabel Gil, directora del CRA Valle del Linares, que consta de los colegios de Igea, Grávalos, Rincón de Olivedo y Cornago.

Las frases

  • Guillermo Vidán | Maestro del colegio de Cornago «El entorno rural es privilegiado por la forma en que impartes los contenidos y por cómo conectas con los chicos»

  • Ana Isabel Gil 1 Directora CRA Valle del Linares «El curso pasado empezamos con ocho y al final nos quedamos con dos porque muchas familias se trasladan por trabajo»

  • Oier Vaquero |Alumno «El profesor es majo. Aquí tenemos mucha tranquilidad. Si hubiera más gente en el colegio tendríamos más jaleo»

  • Emilio Izquierdo | Director Gral. Gestión Educativa «Estamos trabajando con sindicatos para dar ventajas en la estabilidad a los maestros que deciden quedarse en los CRA»

«La guardería de Cervera está llena y algunas familias tenían que ir a Navarra, así que esta es una manera de mantener el colegio, porque vienen tres niños de Igea y dos de Cornago. Nunca nos habíamos quedado con solo dos alumnos, sí con cuatro, porque muchas familias que no tienen arraigo aquí al final de curso, si no encuentran trabajo, se van», describe Ana Isabel Gil.

Lo que en principio puede parecer un problema a nivel de gestión educativa, en realidad es una ventaja por la calidad de las clases que se imparten. «Si no se ha comprendido algo se puede volver a realizar una explicación mucho más exhaustiva, detallada e individual. Realmente, para mí, es una clase particular continua. Y si falta alguno porque se ponen enfermos, mucho más», declara Guillermo Vidán. En la pizarra hay una explicación sobre las diferencias entre circunferencia, diámetro y radio. Por lo demás, la dinámica de las clases es absolutamente estándar, con aproximadamente una hora para cada materia, club de lectura, club de ajedrez, incluso una tabla de premios, algo que facilita el hecho de que los dos alumnos sean del mismo curso, 5º de Primaria.

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Oier escribe en la pizarra. J. R.

«Intentamos hacer cambios necesarios de actividades cada poco tiempo para mantener la motivación, pero funcionamos como una escuela tradicional», aclara el maestro de Cornago. Yendo de visita al pueblo riojabajeño se podría pensar que el entorno es idílico, en la Sierra de Alcarama, coronado por un hermoso y coqueto castillo, entre huellas de dinosaurios y lomas apenas cubiertas de encinas y olivos sobre las que sobrevuelan rapaces y, de vez en cuando, aldeas de estrafalarios nombres como Valdeperillo, Muro de Aguas, Turruncún, y ya en Soria, Fuentebella, Acrijos, Buimanco, a las que se accede por ramales de sinuosas carreteras en perfecto estado pero con escasísimo tráfico.

La creación de una guardería ha permitido la incorporación de cinco niños que suponen el futuro de la escuela rural

Para el maestro de Cornago, que viaja a diario desde Logroño, que el colegio se mantenga abierto es una gran oportunidad. «Así los alumnos no tienen que irse a otro lugar a estudiar y las familias disponen de más tiempo porque no tienen que trasladar a sus hijos a otro lugar. Solo el gasto de combustible se reduce bastante», destaca Vidán. «Yo creo que hasta a las personas que viven en el pueblo les afecta de forma positiva que vengan niños», opina con la ilusión añadida de que la previsión es que el próximo curso haya cuatro alumnos en Primaria. «Eso puede hacer de llamada a otros pueblos. El trabajo es primordial pero, si hay escuela, es un primer paso para fijar población», añade.

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Claro que Oier y Dioni también tienen algo que decir. Los dos chavales se conocieron en el colegio, hace cuatro años, y juntos han visto cómo fluctuaba el número de alumnos. «El profesor es majo», coinciden. «Aquí tenemos mucha tranquilidad. Si hubiera más gente en el colegio tendríamos más jaleo», dice Oier Vaquero. «Así podemos estudiar más», apunta Dioni Abadiano.

Dioni y Oier juegan a fútbol en el recreo con el maestro Guillermo ejerciendo de portero. J. RODRÍGUEZ

«Si cierras un colegio en un pueblo, las posibilidades bajan»

Emilio Izquierdo, director general de Gestión Educativa del Gobierno riojano, admite que, al menos hasta ahora, no era normal mantener un colegio con dos alumnos, pero la apuesta de la Consejería es clara. «Si cierras un colegio en un pueblo, las posibilidades de que siga adelante bajan considerablemente. Un joven se plantea quedarse en una localidad en buena medida por el acceso a la educación. Y un ejemplo es Ollauri, que lo abrimos con 7 alumnos y ya tiene 23», explica Izquierdo. Habilitar una escuela infantil como 'cantera' en Cornago no es nuevo, antes se hizo en Anguiano, Badarán, Quel... y se hará en Uruñuela, San Asensio... «Todos van en los mismos números, unos cuatro niños, pero si no abres no puedes dar ese servicio», expone. Y otro detalle, las condiciones del profesorado. «Estamos trabajando con sindicatos para dar ventajas en la estabilidad a los que deciden quedarse en los CRA, que sea para dos o tres años en vez de uno, si son interinos, para que haya menos movimientos y más seguridad».

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