Un colegio acogedor para muchos acentos

Por su situación, en una de las zonas del casco antiguo de Calahorra con mayor fijación de población inmigrante, el colegio San Andrés ha visto en las dos últimas décadas como sus aulas se han llenado de acentos debido a la diversidad cultural de sus alumnos y alumnas, que, por otro lado, en su mayoría son de origen marroquí.

«En un 69% del alumnado la lengua materna es el árabe, por lo que aunque muchos de ellos hayan nacido en España cuando van a su casa ven la televisión en árabe o hablan en árabe con sus padres», explica el director de este centro, Agustín Bazo, para señalar que el idioma es una barrera que deben sortear cada curso tanto a la hora de impartir clases como en la comunicación del centro escolar con las familias.

A pesar de ello, en estos momentos, cuando por el colegio han pasado ya varias generaciones de jóvenes, antiguos alumnos y alumnas que ahora vuelven al centro como padres o madres pueden echar una mano en las relaciones con quienes desconocen el castellano. «Tenemos a exalumnas, que ahora son madres, que hay veces que hacen de traductoras», precisa Bazo.

No obstante, San Andrés cuanta con sus propios protocolos y programas para favorecer la integración de todos sus escolares en todas las etapas educativas. «La peculiaridad que tenemos es que al cabo del año nos sigue llegando todavía alumnado extranjero, sobre todo de Marruecos, que viene sin conocer el idioma», dice al respecto su director.

Para aquellos alumnos y alumnas que llegan al centro por primera vez, a veces con el curso ya empezado y desde países que no son hispanohablantes, se pone en marcha un «plan de acogida, a través del cual durante los primeros días se habla con la familia y se ven las necesidades del alumno».

Para este tipo de alumnado, con dificultades de comprensión por desconocer el idioma, existe además un aula de inmersión lingüística. «Se suele trabajar con grupos pequeños, de entre cinco o seis niños, para que puedan estar mejor integrados en el centro», indica el director, para concretar que en este aula «suelen estar entre 10 ó 12 horas a la semana». Lo habitual, como aclara, es que este tiempo se detraiga del de otras asignaturas, como por ejemplo Inglés. «Entendemos que no tiene mucho sentido que aprendan otro idioma, más cuando no conocen el castellano», afirma.

Además, como indica Agustín Bazo, la «mayoría lleva adaptación curricular, ya que sin conocer el idioma va a ser difícil que superen las competencias que tienen asignadas para su curso».

Por otra parte, aunque en La Rioja la proporción de alumnado extranjero es casi el doble en la red pública que en la concertada, se da la circunstancia de que el colegio San Andrés pertenece a la segunda. En este sentido, el hecho de contar con un equipo de profesorado y personal fijo es en opinión de Agustín Bazo una ventaja dada la idiosincracia del centro y las características del alumnado. «Al final, el profesor siempre es el mismo y conoce perfectamente cómo funciona el colegio», afirma.

No pasa por alto tampoco otros valores del centro y que son necesarios para favorecer la integración de todo el alumnado, como es la implicación con los padres y madres. «Los profesores están muy comprometidos tanto con el colegio como con las familias, a las que se les ofrecen todas las facilidades que necesiten», asegura poniendo como ejemplo que «cuando llegan las becas escolares les ayudamos a hacerlas y a muchos incluso les hacemos la solicitud».

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