30º Aniversario de la Universidad de La Rioja

Colaboración europea con sello riojano

«Está en el ADN de la Universidad de La Rioja el impulsar una política proactiva de apoyo a la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) con la meta de responder a los desafíos de la sociedad y mejorar el bienestar social», explica Eduardo Fonseca, que añade que «una de las formas más destacadas de cumplir con nuestra razón de ser, como principal institución riojana de educación superior y de generación de conocimiento científico, es la participación de nuestros investigadores en proyectos europeos, en particular, dentro del denominado Programa Horizonte Europa».

Son actualmente diez los proyectos en los que está implicada la Universidad de La Rioja, que abordan cuestiones como el desarrollo de plaguicidas para agricultura sostenible, nuevos métodos de detección del cáncer colorrectal, la adaptación de los paisajes de media montaña al cambio climático o la creación de sistemas de almacenamiento de energía solar.

«La colaboración en estos proyectos ayuda a desarrollar competencias clave para la empleabilidad de nuestros estudiantes de grado, máster o doctorado como pudiera ser el trabajo en equipo, las habilidades sociales, las competencias digitales, o las competencias en idiomas. Y también permite trabajar, desde un punto de vista de responsabilidad social, en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible», comenta el vicerrector de Investigación e Internacionalización. Además, añade, «no se debe perder de vista que la generación de conocimiento científico promueve una docencia de calidad y el conocimiento se transfiere a la sociedad con la meta de responder a los retos actuales».

Los investigadores de la Universidad de La Rioja implicados en estos proyectos destacan igualmente la oportunidad que supone trabajar con otras universidades, centros de investigación e instituciones de toda Europa. «Ofrecen una oportunidad de establecer nuevas redes de colaboración con investigadores que poseen formaciones complementarias a tus conocimientos científicos», destaca Francisco Corzana, mientras que Fernanda Ruiz Larrea incide en que «son trabajos en equipo que no serían posibles de ningún otro modo». Por su parte, Fernando Antoñanzas opina que «es un reto enriquecedor colaborar con investigadores de diferentes culturas, formación y países», y Noemí Solange Lana-Renault remarca la colaboración con «centros de investigación punteros» como uno de los elementos clave en estos programas europeos.

La cantidad de proyectos desarrollados en la Universidad de La Rioja son para Eduardo Fonseca «un fiel reflejo de la riqueza de nuestros investigadores e investigadoras y todo el excelente trabajo que llevamos haciendo a lo largo de todos estos años», que se marca como meta para los próximos «continuar potenciando nuestro liderazgo internacional en Programas de Investigación europeos».

Por todo ello, la Universidad de La Rioja ha recibido recientemente el sello HRS4R de Excelencia de los Recursos Humanos en la Investigación, concedido por la Comisión Europea. «Este logo es un reconocimiento al compromiso de la Universidad de La Rioja por la excelencia investigadora, y nos hace más atractivos para los investigadores nacionales e internacionales. Sin duda ayuda a la consolidación del Espacio Europeo de la Investigación», concluye Eduardo Fonseca.

Ecosalud, grupo de la Universidad de La Rioja dedicado a la economía de la salud y formado por seis profesores, tiene una amplia experiencia en proyectos europeos, ya que ha participado en siete de ellos desde los noventa. Ahora trabajan en otros tres, que describe su coordinador, Fernando Antoñanzas Villar.

«Uno de estos proyectos analiza los métodos de detección del origen, bacteriano o no, de las infecciones, que puede conllevar la prescripción más frecuente de antibióticos en Atención Primaria», señala Antoñanzas, y es que «de esta manera se reduciría el consumo de antibióticos y la presión sobre las bacterias para que no generen resistencias». Otro de sus actuales proyectos persigue «un método más avanzado para detectar el cáncer colorrectal, uno de los cuatro tumores de mayor incidencia en Europa», un estudio que incluirá «un ensayo clínico con diferentes técnicas de diagnóstico y el análisis económico de los resultados». El tercero de los trabajos está íntimamente ligado con el anterior, ya que pretende «la aplicación de algoritmos con instrumentos de la inteligencia artificial para facilitar la detección precoz y la prevención del cáncer colorrectal».

Fernando Antoñanzas subraya la enorme exigencia impuesta para la financiación de estos proyectos europeos de investigación, cuya principal ventaja es que «la dimensión del estudio y los objetivos que pueden abordarse son mayores que los de otros proyectos nacionales». Además, «es un reto enriquecedor colaborar con investigadores de diferentes culturas, formación y países», concluye el coordinador de Ecosalud.

El proyecto vWISE en el que participa Fernanda Ruiz Larrea, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, plantea la innovación en el vino y en el viñedo mediante el intercambio científico, partiendo de las modificaciones que el cambio climático está introduciendo desde el campo a las bodegas.

«Esta colaboración internacional busca estrategias adecuadas para el cultivo de la vid y para la producción de vino que sean sostenibles», señala Fernanda Ruiz. Para ello, establecen tres objetivos específicos: «Conseguir la adaptación de las distintas variedades de vides, uvas y vinos a las condiciones que impone el cambio climático, empleando la riqueza genética; conservar la autenticidad de los vinos; y desarrollar procesos innovadores en la producción».

La investigadora destaca que «este trabajo se basa en el intercambio y movilidad del personal investigador», detallando que esas labores van desde las bibliotecas y los laboratorios al viñedo.

El cambio climático está modulando el paisaje de una forma especialmente sensible en el sur de Europa y en esta cuestión está enfocado el proyecto 'Life Midmacc, adaptando la media montaña al cambio climático', cuya responsable es Noemí-Solange Lana Renault, profesora de análisis Geográfico Regional de la UR, y en el que también participan Purificación Ruiz Flaño y Jorge Lorenzo Lacruz.

El descenso del agua disponible, las recurrentes sequías y la alta frecuencia de incendios contribuyen, según Lana-Renault, a estos cambios en los ecosistemas de media montaña. «El proyecto tiene como objetivo activar el desarrollo local de estas zonas y, a su vez, gestionar estos paisajes para hacerlos más resistentes al cambio climático», explica la profesora de la UR. 'LIFE Midmacc' trabaja en La Rioja, Aragón y Cataluña, promoviendo tres medidas de gestión del paisaje: «La recuperación de pastos a través del desbroce de matorral e introducción de la ganadería extensiva; la gestión forestal para la prevención del riesgo de incendios; y la introducción de viñedos en zona de montaña».

Explica Lana-Renault, que de esta forma «se pretende recuperar un paisaje agro-silvo-pastoral en mosaico, capaz de aportar una mayor biodiversidad, que de más oportunidades a la población local y que sea más sostenible y resiliente al cambio climático».

Por otra parte, la investigadora destaca de este tipo de proyectos que «abordan problemáticas medioambientales concretas, suelen contar con importante financiación y permiten trabajar con centros de investigación punteros».

Las estrategias de tratamiento contra el cáncer relacionadas con la inmunoterapia enmarcan el proyecto Dirnano, en el que participa el profesor de Química de la Universidad de La Rioja Francisco Corzana López.

«En concreto, en este proyecto se utilizan las últimas tecnologías para construir nanopartículas dirigidas específicamente a las células del sistema inmune, con el objetivo de entrenarlas para identificar y destruir eficazmente tumores», explica Corzana.

Detalla el profesor de la UR que actualmente el grupo se encuentra involucrado en la primera fase del proyecto, que se centra en el diseño y la síntesis química de las nanopartículas. Las siguientes etapas son el estudio de las interacciones biomoleculares, el impacto de las nanopartículas en el sistema inmune y, finalmente, el efecto en modelos animales de cáncer. «Todo lo que rodea el proyecto contribuye a potenciar la calidad y la relevancia de la investigación», concluye el investigador.