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Los negocios de reparación y mantenimiento de vehículos de motor en La Rioja perderían 33,6 millones de euros de su facturación anual (casi el 40%) con la electrificación masiva del parque móvil. Así se desprende del informe 'La descarbonización de la posventa' que ... Solera, firma consultora de la automoción, presentó recientemente en el congreso de Faconauto, patronal de los concesionarios de automóvil. Este estudio realiza una simulación del impacto que tendría el cambio de los vehículos de gasolina y diesel por los eléctricos sobre la industria del automóvil y la posventa, sector este último en que La Rioja cuenta en la actualidad con 327 empresas activas, según el INE.
El responsable del Mercado Posventa de Solera, José Luis Gata, explica que los talleres mecánicos están «muy expuestos» ya que «un coche eléctrico es muy diferente de uno con motor de combustión interna». En un escenario de implantación masiva del coche eléctrico, los talleres riojanos, que actualmente vienen a facturar 88,7 millones de euros anuales, sufrirían un descalabro de sus ingresos del 40%, dado que «25 piezas de los vehículos diesel o de gasolina desaparecerían de los talleres». Entre esos componentes en extinción, que son esenciales hoy en día, se encuentran el aceite del motor, los filtros de aceite y diesel, la correa de distribución, las bujías, los inyectores, los tubos de escape, las revisiones periódicas...
¿A qué se enfrentan los talleres? A perder el 40% de su facturación anual (33,6 millones).
¿Por qué? Porque los motores eléctricos constan de menos piezas que los de combustión de gasolina y gasóleo
¿Cuántas piezas y cuáles? Hasta 25. Muy conocidas. Entre ellas, aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, tubos de escapes e inyectores.
La sustitución de las baterías, continúa Gata, «supondría un negocio nuevo para los talleres con unos importes elevados que de media se sitúan en unos 11.000 euros, pero que superan los 20.000 euros en el caso de los turismos con más autonomía». «El inconveniente -matiza- es que el reemplazo de las baterías se produce cada diez años, lo que reduce las expectativas». A lo que añade los efectos perjudiciales sobre el empleo: «Esta transición del gasóleo y la gasolina al coche eléctrico también tendrá su impacto en la mano de obra de los talleres riojanos. En el caso de un vehículo de combustión interna, y a lo largo de un período de diez años, el coste viene a ser de 3.429 euros por taller, una cifra que se reduciría con el eléctrico el 86% hasta los 489 euros». «Y es que el número de horas trabajadas se rebajaría el 90%, pues cambiar una batería es una labor que apenas requiere seis horas de trabajo», añade.
Por otro lado, el informe de Solera muestra que la electrificación total del parque español en los plazos previstos por la Administración «es más un deseo que una realidad teniendo en cuenta que, de los más de 26 millones de vehículos en circulación, apenas el 0,1% son eléctricos». En el caso particular de La Rioja, el eléctrico «sólo representa el 0,01% del parque móvil». Para hacer viable el objetivo «en tiempo y forma», sería necesario «no sólo mejorar la autonomía de estos coches y la infraestructura de recarga, sino también hacer más competitivo el precio de venta, que actualmente es un handicap para su democratización». «De acuerdo con los datos del INE, sólo dos de cada diez hogares tienen una renta media superior a 2.500 euros mensuales, que son los que podrían pagar un coche de estas características, por lo tanto no son muchos los que puedan permitirse comprarlos», advierte el representante de Solera.
Por todo ello, Gata recomienza realizar «una transición progresiva, ordenada y realista, que cuente como primer paso con un plan de achatarramiento que ponga coto al envejecimiento del parque a escala nacional o, en su defecto, autonómico, en la línea del que recientemente aprobó el Gobierno Vasco que contempla incentivos no solo al eléctrico, sino también a los vehículos de combustión interna».
Deodato Hierro, de 'Talleres Leyda' de Entrena, comparte las advertencias del informe de Solera y prevé que el sector, «que ya se está formando para el futuro que viene», se va a «resentir muchísimo» con esta transición tecnológica. «Ya lo estamos notando con los híbridos porque su mantenimiento es menor», añade. Asimismo, Hierro anota otro detalle clave para la implantación del coche eléctrico. Y es que «se va a necesitar la energía de veinte centrales nucleares».
Deodato Hierro ('Talleres Leyda', de Entrena) vaticina que «más de la mitad de los talleres mecánicos que existen en La Rioja desaparecería» con el coche eléctrico. «Como este tipo de vehículos necesita muy poco mantenimiento, no habría negocio para todos», enfatiza. Según explica, «la alternativa» preferida para los servicios mecánicos es el gas de automoción porque «el motor de los vehículos es el mismo y la única diferencia es el tipo de combustible, que pasa de ser líquido a gas». Por lo demás, ese tipo de coches requiere «el mismo mantenimiento» que los que actualmente emplean gasóleo y gasolina.
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