Las 10 claves del crimen del profesor
Aristas ·
El juicio contra los acusados del asesinato de Pedro José Sáez revela un caso complejo con una estafa, celos y muchas pruebas indiciariasSecciones
Servicios
Destacamos
Aristas ·
El juicio contra los acusados del asesinato de Pedro José Sáez revela un caso complejo con una estafa, celos y muchas pruebas indiciariasMás de 30 horas de interrogatorios, testimonios y declaraciones de peritos han dado forma a un juicio complejo con dos acusados y una enorme disparidad de criterios entre las partes. Desde la Fiscalía, que señalaba al hombre como autor material del homicidio y a la ... encausada como encubridora, a la acusación particular, que solicitaba para ambos penas por asesinato pasando por la absolución que pedían las defensas. Largas sesiones que han dado luz a un crimen con muchas aristas e interrogantes.
1
Pedro José y la acusada se conocieron por casualidad. Según ella, empezó a limpiarle la casa y, pese a una diferencia de edad de más de 35 años, en 2018 comenzaron una relación de varios meses que los investigadores consideran ficticia. Durante ese tiempo, la encausada logró que la víctima le entregase más de 54.000 euros. En julio de ese año Pedro José se siente engañado y la denuncia por una posible estafa.
2
Una de las claves del juicio. No hay registro de llamadas entre Khalid y Pedro José, ni intercambio de mensajes ni el nombre de ninguno aparece en el teléfono del otro. Pero la Policía encontró un móvil en la casa de la calle Pepe Blanco que, entre el 31 de mayo y el 8 de junio de 2018, fue utilizado por el encausado. Para los investigadores existe un nexo entre ambos, lo que ha sido aceptado por el jurad. Para las defensas, solo era una conexión accidental: la acusada cogió el móvil de la casa de Pedro José, y se lo prestó a su pareja sentimental mientras arreglaba su teléfono averiado.
3
En la mañana del 18 de febrero de 2020, el teléfono del acusado se conecta a la antena de telefonía móvil de la calle Alfonso VI, la que da cobertura a la casa de Pedro José, un lugar muy poco habitual para ese terminal. Además, entre las 10.44 y las 10.56 horas, la acusada intenta ponerse en contacto con él 19 veces, la mayor parte de las ocasiones sin respuesta. Los vecinos señalan esa hora como la del crimen. A mediodía, el móvil se vuelve a conectar y lo hace a una antena de Poeta Prudencio, en la que habitualmente se ubica. En la tarde de ese 18 de febrero, el hombre marroquí trata de contactar 50 veces con su entonces pareja. El jurado da validez a la investigación que marca el uso de una antena «que no es la que habitualmente usa el acusado» y que su ubicación en la zona de la casa de Pedro José y a la hora «es incuestionable».
4
El terminal que vincula a Pedro José y Khalid fue hallado en la casa del primero. En él había multitud de fotos del encausado, contactos de personas de origen marroquí, perfiles de Facebook, búsquedas de porno con animales… circunscritas a esos días de mayo y junio de 2018. El último mensaje es el de una tienda de telefonía que solicita al usuario que pase a retirar su teléfono arreglado. ¿Se lo prestó Pedro José directamente? ¿Lo hizo, tal vez sin saberlo, a través de la mujer, que en esos momentos mantenía una relación sentimental con el acusado y otra ficticia y con ánimos económicos con la víctima? El jurado considera que pudo suceder. Y se aferra a una conversación de más de media hora en la madrugada del 2 de junio entre ese número y el de Loredana. Durante esa conversación, se 'cuelan' tres fotografías de Pedro José. Después llegan unos mensajes: «¿Yo puta? ¿te gusta él? Que te den por culo». Para la policía, la prueba de que víctima y acusado estaban juntos en ese momento y que se conocían, incluso que podrían tener una relación, de acuerdo a la textualidad de los mensajes. La encausada explicó que los mensajes iban dirigidos a una mujer, 'La Turca', con la que su pareja le estaba engañando, pero el jurado no lo cree así.
5
La familia de Pedro José sostuvo que él era muy cuidadoso y «siempre» cerraba la puerta con doble vuelta. Sin embargo, cuando la exmujer y la hija llegaron a la casa ese 18 de febrero y hallaron el cuerpo, la puerta estaba cerrada con el resbalón y no había ninguna señal de que hubiera sido forzada. La investigación policial defiende que eso demuestra que Pedro José abrió voluntariamente y así lo cree también el tribunal. El juego de llaves no estaba colgado de la cerradura interior, sino que se encontraba sobre una mesa en una habitación ubicada al fondo de la vivienda.
6
En la escena del crimen no se hallaron restos del acusado: ni ADN, ni huellas dactilares ni cabello. La otra imputada se encontraba ese 18 de febrero en Madrid. Las forenses explicaron que la casa se encontraba «tan contaminada por la sangre del fallecido» que resultaba muy difícil hallar otros restos. Sí se encontraron, en un documento, ocho huellas dactilares desconocidas y sin correspondencia con los bancos de datos policiales. Un agente de la Científica explicó que el agresor «tuvo que tomar medidas de protección», probablemente guantes, de los que se intuye una huella en el lavabo de la casa, donde también se halló sangre de la víctima. La defensa del acusado defendió que, sin esos rastros genéticos, no se puede situar al acusado en la casa de la calle Pepe Blanco. Sin embargo, el jurado avala que este tuvo que cubrirse con guantes.
7
La vivienda de Pedro José Sáez vivió dos registros inmediatamente después del crimen, pero fue el 5 de mayo cuando en otra entrada policial se encontraron los documentos de la denuncia presentada por el fallecido contra la mujer que supuestamente le engañó con una falsa relación sentimental para 'sacarle' 54.000 euros. Hasta ese momento, los investigadores no encontraban un móvil para el violento homicidio. A partir de ese momento siguieron la pista de la mujer y de su relación con el otro acusado y comenzaron las pesquisas. Para los investigadores, avalados por siete miembros del jurado, el objetivo del crimen fue frenar la denuncia, ya que apenas dos semanas antes del crimen se formalizó la pena de entre 4 y 6 años de cárcel que se solicitaba para la presunta estafadora (y que finalmente, tras la muerte de Pedro José, fue absuelta). Nadie del entorno del fallecido conocía el desfalco sufrido. Para la abogada de la mujer rumana, ese descubrimiento, al carecer de otros indicios, provocó un 'efecto túnel' en los investigadores y ya solo se centraron en ambos acusados.
8
El profesor jubilado sufrió una muerte muy violenta. Recibió golpes en la entrada de su casa y fue arrastrado hasta la cocina, donde también fue agredido. Según las forenses, por las heridas recibidas, con «al menos dos objetos contundentes» (uno con forma de ángulo y otro dentado), además de golpes y puñetazos. Y Pedro José no murió en el acto: su fallecimiento se produjo por la pérdida de sangre no se sabe cuánto tiempo después de la paliza. Lo que quedó claro es que los vecinos escucharon ahogados gritos de «auxilio, auxilio» pero no llamaron a la Policía porque o bien no determinaron el lugar de donde salían o bien los achacaban a un vecino «problemático». Aunque en el juicio las defensas trataron de demostrar que podían haber sido dos personas los autores del crimen, el jurado considera que solo fueron los golpes de Khalid los que acabaron con la vida de Pedro José.
9
Un día después del crimen, el acusado se desplaza a Madrid, donde residía la otra encausada, y pasan juntos la noche en un hotel. Para irse, deja un piso alquilado en el centro de Logroño tres meses antes sin dar razón a la propietaria. Además, a nadie de su entorno le comenta su destino e incluso a su jefe le asegura que va a Marruecos a ver su madre, moribunda, por lo que este le da dinero (la defensa asegura que ese importe era lo que le debía por varios trabajos). Se marcha con una pequeña mochila y después de esa noche en Madrid, pone rumbo en autobús a Italia. Meses después, la otra acusada se va a vivir con él durante el verano. En el juicio, explicó que la marcha se produce después de que en noviembre se le denegase la nacionalidad, algo «incomprensible» para el jurado porque hizo trámites posteriores, y también porque en Italia se iba a abrir un proceso de regularización el 8 de marzo, que se publicó en el mes de mayo. «Es muy complicado que el 20 de febrero Khalid tuviera conocimiento de que se iban a aprobar en Italia esas 'Medidas Urgentes en materia de salud y apoyo al trabajo'», ha leído el portavoz.
10
En el juicio quedó patente la toxicidad de la relación entre ambos acusados, que se reprochaban supuestas infidelidades mutuas. Por ejemplo, en marzo de 2021, cuando el imputado está en Italia, le llega a gritar: «Déjame. Me mataste. ¡Basta ya!» y, en otra conversación: «Te lo juro, Loredana, que nos a comer todo los dos». Para el jurado una referencia «clara al asesinato de Pedro José». Para entonces los teléfonos estaban pinchados y la Policía descubrió que el 25 de marzo, una persona avisaba a la encausada, que estaba camino a Logroño para comparecer en otro proceso judicial, de que los agentes la estaban buscando. En ese viaje, sin que ella lo supiera, le acompañaban dos policías de paisano que, cuando vieron que estaba borrando los mensajes de Whatsapp con Khalid, precipitaron la detención.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.