Concepción Arruga. M. HERREROS
Concepción Arruga | Profesora de la UR

«La clave del cambio está en reorganizar procesos y asegurar la productividad»

Arruga afirma que el teletrabajo solo avanza en empleos relacionados con las tecnológicas

Martes, 28 de junio 2022, 02:00

Durante el COVID «pasamos de la noche al día de un modelo de absoluta presencialidad al trabajo en remoto», una experiencia que salió adelante porque «la buena intención» tanto de trabajadores como de empresas se puso por delante de variables tan incuestionables en el ... trabajo ordinario como son contar con «unas condiciones óptimas» para desarrollarlo, ya que «no hubo una evaluación» de los puestos de trabajo habilitados en los domicilios. Otro inconveniente fue el «aislamiento» de las plantillas y las dificultades para trabajar en equipo.

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La pandemia se controló, pero lejos de lo que se pensó en aquellos momentos, la realidad es que la mayor parte de los sectores retornó a la presencialidad y, en la actualidad, las empresas «no tienen una política de teletrabajo y sus convenios colectivos no han ido internalizando nuevos modelos de organización laboral». Al margen de que en la mayoría de actividades que caracterizan al tejido empresarial riojano la prestación de servicios y la producción en sí misma exigen total presencialidad, el teletrabajo solo está avanzando en los empleos relacionados con las tecnológicas.

Así lo explica la profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de La Rioja, Concepción Arruga, para quien la clave de que el teletrabajo se pueda ir afianzando «está en la productividad». Si una empresa valora «adoptar nuevos modelos de trabajo», como «un sistema híbrido» que combine presencialidad y remoto, debe acometer sin dilación «una reorganización de todos sus procesos», para lo que es necesario contar con el concurso de los representantes de los trabajadores, y, en ese caso, solo si se garantiza la productividad, dará el salto al teletrabajo.

¿Se ha perdido el tiempo?, le preguntamos a la experta. Arruga recuerda que la situación económica es «extremadamente delicada» y una reorganización de procesos «es inversión». Lo que sumado a todos los factores anteriores permite concluir que la implantación del teletrabajo «no va a ser tan inminente o rápida como llegamos a pensar».

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