El clamor del sector agrario riojano llega hasta Madrid

Son los dos niveles de la administración en los que el sector agrario pone el foco de sus reclamaciones. «Bruselas tiene mucho que decir», coincidían en sus declaraciones a Diario LA RIOJA responsables de las organizaciones regionales que acudieron a Madrid. «Hay que reorientar la actual Política Agraria Común y eso depende de la UE. La PAC que tenemos ahora está destruyendo al agricultor profesional», dijo, contundente, el presidente de UAGR, Óscar Salazar.

En este sentido, Néstor Alcolea, secretario de Organización de UPA, aseguró que «también hay que flexibilizar los requisitos medioambientales y los ecorregímenes», mientras que el máximo responsable de ARAG-Asaja, Eduardo Pérez, incidió en la importancia de que «se apliquen ya cláusulas espejo para los productos que llegan de terceros países, con el fin de que estén sujetos a las mismas reglas de juego –iguales condiciones de producción de las frutas y hortalizas que se importan sean similares a las españolas– para que no haya competencia desleal. O somos flexibles o somos estrictos».

Algunos de estos asuntos fueron tratados este lunes por los ministros de Agricultura de la UE en su cónclave de Bruselas, que se celebraba al mismo tiempo que la manifestación que colapsó Madrid. «Ya no necesitamos buenas palabras, necesitamos buenos hechos», sostenían los portavoces riojanos, que esperan del ministro Luis Planas la puesta en marcha «inmediata» de soluciones para el campo «que está harto, que no puede mes, que está abocado a la ruina sino cambian pronto las cosas».

'Si el campo no produce, la ciudad no come', 'Exigimos precios rentables y normas flexibles' o 'Necesitamos seguros agrarios que cubran los costes de producción' fueron algunos de los lemas que se pudieron leer en la manifestación que discurrió entre el claxon de los tractores y el sonido de los cencerros que llevaron los ganaderos. En este sentido, este sector es, en opinión de Alcolea, «el más vulnerable, por eso consideramos necesario sacar al lobo de Lespre (Listado de especies silvestres en régimen de protección especial)».

En clave riojana también apunta que «el viñedo reclama soluciones para salir de la crisis» y esa urgencia, a su juicio, también la tienen los cerealistas, «que son quienes más impedimentos encuentran en la nueva PAC».

Salazar demandaba del Ejecutivo central el cumplimiento del Plan Estratégico de la Política Agraria Común pero también ponía deberes al Gobierno de La Rioja, en concreto a la consejera de Agricultura, Noemí Manzanos, a quien apelaba para «que ponga soluciones a la crisis del vino. Hay que tomar medidas más allá de dar dinero público para la destilación o para la vendimia en verde, el verdadero problema está en el vino de mesa. Esto no sucede en ninguna otra Denominación de Origen de España. Es una competencia que nos hacemos dentro de Rioja».

Pérez Hoces, por su parte, apuntaba que los seguros agrarios «claro que son necesarios y está muy bien que haya un plan de subvenciones, pero tienen que ser a precios acordes a lo que requerimos los agricultores y ganaderos. Las coberturas tienen que atender a los diferentes cultivos». Y por lo que pudo comprobar este lunes el presidente de ARAG-Asaja, «en todas las comunidades autónomas españolas y en todas las explotaciones agrarias, la situación es de crisis. O se toman medidas efectivas en nuestro sector de manera urgente o esto se va a la ruina».

Y es un sector, el primero, que aporta más del 10% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional pero que en La Rioja todavía se eleva más, hasta casi el doble (18%) si se incluyen las actividades vinculadas a la agricultura y la ganadería como la industria vitivinícola o la conservera.

Del resultado del consejo de ministros de Agricultura celebrado este lunes en Bruselas y de la puesta en marcha de las medidas allí propuestas así como de las planteadas recientemente por el ministro Planas dependerá la continuidad de las movilizaciones de los agricultores y ganaderos. Porque el campo «necesita apoyo, respeto y reconocimiento», como se podía leer en la cabecera de la manifestación de Madrid.