Entrada a la Jefatura Provincial de Tráfico de La Rioja. Juan Marín
Opiniones

Un embrollo para unos y un ahorro de tiempo para otros

La solicitud de cita previa acumula más detractores que partidarios: «No es fácil que te den hora»

Iñaki García

Logroño

Martes, 28 de enero 2025, 06:59

Un cartel a la entrada de la Jefatura Provincial de Tráfico de La Rioja lo deja claro: «Se precisa cita previa». Se trata de un trámite que no se ha eliminado en numerosas Administraciones públicas y que es motivo de críticas y de alabanzas, aunque, ... según comprobó Diario LA RIOJA ayer, las primeras resultan más numerosas.

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Por Pío XII el movimiento de gente es continuo y no todos los que entran necesitan acudir con hora. «Como soy mayor de 65 años, he venido y me han atendido», afirma un hombre al salir. La edad es una de las excepciones a la norma, tal y como aparece en un folio en la entrada en el que se enumeran los casos en los que la cita no es obligatoria.

El resto, sin embargo, tiene que ir con el trámite hecho. Y a muchos no les hace gracia. «Me parece mal», sentencia Mariana, que había acudido a dar de baja a un vehículo y no había podido lograr su objetivo. «Yo sabía que se necesitaba la cita previa, pero en la página web está muy mal especificado lo que quiero pedir y he llamado cinco o seis veces al 060 y no he logrado contactar», añade Gabriel, que buscaba cambiar el domicilio de un coche.

LAS FRASES

«Si lo haces por internet te piden muchos datos, si llamas por teléfono no te contestan... Es un rollazo»

Gabriel

Crítico con la cita previa

«Yo soy partidario de este sistema porque conozco lo anterior y te podías tirar aquí toda la mañana»

Arturo

A favor de la cita previa

El joven califica estos trámites como un embrollo mientras trata de solicitar la cita a través del móvil. «He tenido que pedir un cambio de turno para venir y no he podido hacer nada», se lamenta. «No hay turnos por la tarde, llamas al número y no te contestan, en internet te piden muchos datos... Es un rollazo», sentencia.

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A unas calles de allí, en avenida de la Solidaridad, el mensaje también es claro. «Obligatoria cita previa para entrar en la Oficina de Extranjería», reza un cartel con varios códigos QR para escanear dependiendo de la consulta. En la puerta, mientras, un buen número de personas hace fila. Unos esperan y Ligts sale. Es de Guinea y a ella tampoco le convence lo de la cita previa. «No es fácil que te den hora», avisa. «Entras en internet y no hay cita», añade para explicar después cómo ella sí ha conseguido su turno. «Un amigo me recomendó que fuera a la Seguridad Social para pedir una clave permanente y así ha sido más fácil», cuenta.

La guineana cree que antes del covid todo «era más cómodo», aunque reconoce que, una vez allí, los turnos funcionan bien, en función de la hora que cada uno tenga. El problema, según ella, está en la solicitud. «Hay mucha gente de mi país que no sabe utilizar internet y si vas al locutorio a pedir ayuda te cobran», se queja.

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Cerca de ella, una pareja de argentinos escanea uno de los QR. «Estamos de vacaciones y a él le han ofrecido trabajo; queríamos saber qué necesitamos para que se quede», relata Betina, en una pausa mientras rellena el formulario en el móvil. En su caso, hubiese preferido llegar a la oficina y esperar turno. «Creo que sería mejor que te atendieran por orden de llegada», opina. «Sobre todo en los casos como el nuestro, en el que simplemente queremos información», apostilla.

Tanto en la DGT como en Extranjería, la obligatoriedad de la cita previa queda patente en el exterior. En la Oficina Integral de la Seguridad Social, por contra, no hay ningún cartel fuera que así lo indique. Por ello, son muchas las consultas en el mostrador de la entrada. «¿Necesito cita previa?», preguntan los usuarios. «Depende de lo que quieran», responde la encargada de la recepción.

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Al contrario que en los otros dos puntos, eso sí, allí el número de partidarios de ese sistema es superior al de las personas que están en contra de él. Arturo es uno de los que está a favor. «Está muy bien, imagínate que no tienes cita previa, con toda la gente que se junta aquí», destaca. En su opinión, se ahorra mucho tiempo. «Conozco lo anterior a esto y te podías pasar aquí toda la mañana», recuerda.

Poco después sale de la sede Marian, quien también es partidaria de este modo de distribuir los turnos. Es más, asegura que no le ha resultado complicado el trámite de la solicitud. «Ayer pedí hora por internet y me la han dado para hoy, no me ha parecido nada complicado», cuenta para exponer después que todo es una cuestión de orden. «Se necesita poner algo así porque si no esto sería un caos para los funcionarios», concluye. Para ella, la cita previa es una buena herramienta.

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